Francisco López y Segarra: «Se debe deconstruir la forma tradicional de ser hombre»
ASECEDI, una asociación que aglutina a 16 centros de día que tratan adicciones, propone a sus usuarios, en su mayoría hombres, un nuevo modelo de masculinidad. Su presidente, el sociólogo Francisco López y Segarra, explicó recientemente en unas jornadas en la Universidad Pontificia de Salamanca que la forma tradicional de ser hombre es un factor de riesgo para el consumo de sustancias y un freno a su solución.
Llevan desde 2006 trabajando la perspectiva de género en sus centros de día a través de talleres. También han elaborado guías. ¿Por qué?
Nos dimos cuenta de que entre nuestros usuarios había mujeres víctimas y también agresores. Creemos que se debe deconstruir la forma tradicional de ser hombre, erradicando la agresividad y la violencia. Pero no solo contra la mujer, sino en todos los aspectos de la vida familiar. Empezamos a trabajar en el cambio de actitudes y de valores de los hombres, que tiene que darse en la educación desde la infancia. No se trata de vestir al niño de rosa y a la niña de azul, sino de hacer las cosas de otra manera, a partir de una serie de valores, los de la persona. Aquella persona que no se quiera a sí misma dudo que pueda respetar a las demás y aquella que cree que puede vivir sin respetar a las demás, nunca se va a respetar a sí misma. Esto vale para todos, pero, normalmente, los casos que tenemos son de violencia del hombre contra la mujer.
¿Cómo se afronta esta violencia?
Hay que apostar por la educación sin ideología. Tenemos que prevenir, igual que hacemos con las adicciones. No se trata de educar en género, sino en valores. Eso significa respeto hacia un hombre, una mujer y hacia uno mismo. Estamos metiendo la palabra género hasta en la sopa y quizás no nos la creemos. Las personas se tienen que volver a respetar y hay que intentar romper la reproducción social de las desigualdades. Por ejemplo, las mujeres siguen cobrando menos que los hombres en muchos lugares.
¿Cómo contrarrestan con los hombres esta masculinidad tradicional, dominada por el poder, la violencia, el control, la agresividad o la competitividad?
Los dejamos hablar y con lo que ellos expresan introducimos los contenidos que les hagan replantearse su conducta. A veces, vienen con cachondeo y resistencias, como si les fuésemos a privar de la masculinidad. No. Lo que vamos a hacer es ayudarlos a vivir en sociedad sin necesidad de usar la violencia.
Atienden a condenados por violencia contra la mujer. ¿Cómo lo hacen?
Analizamos qué han hecho, por qué creen que lo han hecho mal, y fomentamos que sean ellos los actores del cambio. Por ejemplo, abordamos qué les lleva a no poder controlar los impulsos.
¿Por qué todavía hay muchos hombres que reproducen una mal entendida identidad masculina?
Es una forma heredada. Hay hombres que han vivido en un momento de hegemonía y prepotencia del sexo masculino y cumplían una función. Ahora hay que cambiar las conductas, muchas influenciadas por el grupo de iguales, por el bar.
¿Es esta masculinidad un factor de riesgo para las adicciones?
Como implica demostrar seguridad y no vulnerabilidad, se convierte en una barrera para pedir ayuda o tratamiento. Muchos hombres creen que dominan las drogas hasta el día en que se dan cuenta de que es al revés.
El 80 % de los usuarios de vuestros centros de día son hombres.
El consumo de drogas es cosa de hombres. De todas formas, eso no quiere decir que el 20 % de las mujeres que vienen a nuestros centros sean todas las mujeres. Habría que añadir las que consumen barbitúricos y benzodiacepinas y que no van a ningún centro de adicciones. Las mujeres con adicciones son invisibles. La mujer acompaña al marido, al hijo, también al padre, pero ella va sola.
¿Es cierto que la violencia machista aumenta en los jóvenes?
Muchas alumnas reproducen comportamientos y formas de ser de sus abuelas. Ejercen roles de servilismo hacia sus amigos y parejas. Algunas me dicen que sus novios les han puesto una aplicación en el móvil para controlar dónde están. Y te dan una explicación: por si les pasa algo. Las propias chicas justifican la masculinidad hegemónica.
También trabajan con mujeres. ¿Cuál es el resultado?
Nos está costando mucho cambiar la mentalidad de muchas. Nos dicen que cómo no le va a hacer la comida a su marido si se ha casado con él para eso. No. Se han casado para formar una familia, no para ser su criada.