Francisco: «La maldad está en todas partes, incluso en el Vaticano»
El Papa recibe a los participantes en un congreso en Roma sobre cristianos perseguidos. «La libertad religiosa es violada en muchos lugares», denuncia el Pontífice
«Incluso en nuestra época, que se jacta de haber abolido la esclavitud, en realidad hay muchos –demasiados– hombres y mujeres, incluso niños, reducidos a vivir en condiciones inhumanas, esclavizados», ha afirmado el Papa Francisco este lunes en una audiencia a los participantes en un congreso sobre cristianos perseguidos organizado en Roma por Solidaridad Internacional Trinitaria.
En este contexto, Francisco ha puesto de manifiesto que «la libertad religiosa es violada, a veces pisoteada en muchos lugares y de diversas maneras: algunas crudas y evidentes, otras sutiles y ocultas», según Europa Press.
Junto a ello, el Papa ha asegurado que «antes existía la costumbre de dividir a la humanidad en buenos y malos: “Este país es bueno, y este es malo”. No, hoy en día la maldad ha impregnado a todo el mundo y en todos los países hay buenos y malos. La maldad, hoy, está en todas partes, en todos los Estados, quizá incluso en el Vaticano».
«Un tesoro a guardar»
En la audiencia, Francisco ha resaltado que los trinitarios, siguiendo su carisma original, siguen defendiendo la libertad religiosa «no de forma teórica, sino atendiendo a las personas perseguidas y encarceladas a causa de su fe».
«El Papa nos ha ayudado a entender mejor la dimensión de la persecución en todo el mundo, que es grave y muy seria», asegura a Alfa y Omega el periodista de COPE Fernando de Haro, que participa este lunes en el congreso. Por otro lado, con su sensibilidad hacia los cristianos perseguidos, el Pontífice «nos muestra que estos testigos fieles de nuestra fe son un tesoro a valorar y a guardar», añade.
En este sentido, al mismo tiempo que «tenemos que luchar para que las autoridades internacionales garanticen una libertad religiosa real», el periodista de COPE destaca que «no podemos dejar de conmovernos por estos hermanos nuestros que son discriminados y que hasta llegan a perder la vida por lo mismo en lo que creemos nosotros. Son testigos de la resurrección de Cristo, y una provocación para la fe y la razón de todos».
Fernando de Haro, que lleva desde el año 2014 documentando los relatos de la persecución contra los cristianos en todo el mundo, señala que «tenemos que evitar acostumbrarnos a la etiqueta de “cristiano perseguido” y dejarnos tocar por la experiencia de aquellos que han experimentado que la fe vale más que la vida. Debemos preguntarnos por qué viven así, qué les mueve, y dejarnos asombrar por su testimonio».
El corresponsal del diario ABC en China desde 2005, Pablo Díez, que también participa en el encuentro, señala que el Pontífice «tiene un discurso imprescindible por su alegato a favor de la libertad religiosa y de la paz en el mundo». Y sobre la persecución de los cristianos en China, explica que a pesar del acercamiento de los últimos años y del acuerdo con la Santa Sede para el nombramiento consensuado de obispos, «sigue habiendo muchos casos de detenciones de sacerdotes y arrestos domiciliarios de obispos; y muchas destrucciones de iglesias y demoliciones de cruces en las provincias con más fieles».
Para el periodista de ABC, esto se debe al interés del Gobierno chino «por controlar cualquier voz disidente que pueda amenazar su poder, lo que afecta a todas las religiones que operan en el país». En los últimos años, el poder «se está volviendo más autoritario en su represión, lo que al final también repercute en más acoso contra los cristianos».
El acuerdo China-Vaticano, cuyos términos concretos «son secretos», ha propiciado ya el nombramiento de media docena de obispos, «y busca terminar con la división de los fieles entre católicos y seguidores de la Iglesia patriótica». Para Díez, la renovación de este acuerdo, que debería firmarse en este próximo mes de octubre, «compensaría a ambas partes, porque al Vaticano le interesa normalizar sus relaciones con China para acercarse más a sus fieles, y al Gobierno le daría un respaldo diplomático internacional ante uno de sus principales antagonistas, Taiwán».