Francisco felicita a los focolares en su 80 aniversario por ser «instrumento activo de conversiones»
El Papa los ha invitado a seguir trabajando por una Iglesia misionera y profundizando en su «clima de escucha recíproca»
«Hay cuatro cosas que Dios no puede entender. No sabe cuántas congregaciones de monjas hay, qué piensan los jesuitas, cuánto dinero tienen los salesianos y de qué se ríen los focolares», ha bromeado el Papa en la mañana del 7 de diciembre, durante un encuentro con esta asociación internacional de fieles por su 80 aniversario.
Francisco ha recalcado a los miembros del movimiento fundado por la italiana Chiara Lubich la necesidad de construir la paz. Y les ha recordado sus emociones cuando visitó algunos de los diferentes cementerios militares en Italia, pues el país transalpino albergó varias batallas de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, cuando el Papa visitó el de Redipuglia en 2014, le impactó «cuánta destrucción» se podía sentir en él. «Y cada 2 de noviembre voy a celebrar en algún cementerio de aquí», les ha contado. Este año lo hizo en un camposanto donde reposan caídos de la Commonwealth. También ha comentado que, cuando otro año fue al americano, «vi la edad de los soldados… 22, 24, 18, 30… Todas vidas rotas por la guerra».
Con aún alguna dificultad para pronunciar largos textos, el Papa ha prescindido del discurso previsto e improvisado en su charla con los focolares. Ha opinado ante ellos que «si en un año no se fabricaran armas, no habría más hambre en el mundo». Francisco ha elogiado también el deseo de unidad de Chiara Lubich, quien se propuso coser el mundo tras la Segunda Guerra Mundial. «Después de dos milenios de cristianismo, el anhelo de unidad sigue tomando, en tantas partes del mundo, la forma de un grito agónico que pide a gritos una respuesta». Aunque ha advertido de que un deseo así conlleva un compromiso público. «Recordemos que la incoherencia entre lo que decimos ser y lo que realmente somos es el peor antitestimonio: la incoherencia», ha sostenido.
Finalmente, el Papa ha felicitado a los focolares por ser «instrumento activo de un gran florecimiento de obras, de iniciativas, de proyectos y, sobre todo, de renacimientos, de conversiones, de vocaciones, de vidas entregadas a Cristo y a nuestros hermanos y hermanas». Y los ha invitado a seguir trabajando por una Iglesia misionera y profundizando en su «clima de escucha recíproca y de calor de familia, en el que nos respetemos y cuidemos los unos de los otros».