Francisco en el ángelus sobre la DANA: «Que el Señor sostenga a los que sufren y a los que están socorriendo»
El Santo Padre ha reiterado «nuestra cercanía al pueblo de Valencia». El jueves llamó por teléfono al arzobispo valenciano y envió un videomensaje de apoyo y consuelo
El Papa Francisco sigue muy pendiente de la situación en Valencia. Ha enviado un videomensaje, ha telefoneado al arzobispo, Enrique Benavent, y este viernes, en el rezo del ángelus con motivo de la solemnidad de Todos los Santos, se ha acordado de todos los valencianos que atraviesan las horas más trágicas.
«Por los difuntos y sus seres queridos y por todas las familias. Que el Señor sostenga a los que sufren y a los que los están socorriendo. Nuestra cercanía al pueblo de Valencia», ha dicho tras el rezo de la oración mariana.
En sus llamamientos, el Pontífice también ha tenido presente a las víctimas del terrorismo y de las guerras. «Por todos los pueblos que sufren las guerras. La guerra siempre, siempre es una derrota y es innoble porque es el triunfo de la mentira, de la falsedad. Se busca el máximo interés para uno mismo y el máximo daño para el adversario pisoteando vidas humanas, el ambiente, infraestructuras, todo; y todo enmascarado de mentiras. Sufren los inocentes. Pienso en las 153 mujeres y niños masacrados en Gaza en los días pasados», ha lamentado el Santo Padre.
Pero también ha celebrado la solidaridad que ha corrido este viernes por las calles de Roma en la carrera La Corsa dei Santi, organizada cada año por los salesianos en colaboración con distintos patrocinadores, y que parte de la plaza de San Pedro. Con lo recaudado por la venta de dorsales se financiará la construcción de un centro deportivo en Ucrania.
«La vida cristiana es una carrera, la carrera de un corazón que ama», ha explicado Francisco quien, en su alocución previa al rezo del ángelus, ha hablado de muchos corazones de santos que han amado a lo largo de la historia. Ha mencionado a san Maximiliano Kolbe, a santa Teresa de Calcuta o a san Óscar Romero. Y con ellos a muchos otros santos, los de la puerta de al lado, «los santos de todos los días que llevan adelante su vida cristiana cotidiana». «Cuánta santidad escondida en la Iglesia», ha exclamado el Pontífice.