Francisco «derogó la prescripción» del caso Rupnik «para permitir un juicio»
Es una decisión que Francisco tomó en septiembre, pero que ahora el Vaticano hace pública
«En el mes de septiembre, la Comisión Pontificia para la Protección de Menores señaló al Papa graves problemas en la gestión del caso del padre Marko Rupnik», ha revelado la Oficina de Prensa ante la Santa Sede en un comunicado. La comisión encabezada por el cardenal Seán Patrick O’Malley ya denunció entonces «una falta de cercanía a las víctimas» del exjesuita, quien tras su expulsión de la Compañía de Jesús ha vuelto a Eslovenia incardinado a la diócesis de Koper y con autorización para realizar todos los servicios sacerdotales.
De acuerdo con el comunicado de la Sala Stampa vaticana, tras escuchar las preocupaciones de la comisión, el Papa Francisco «pidió al Dicasterio para la Doctrina de la Fe examinar el caso y decidió derogar la prescripción para permitir la celebración de un juicio». Es una decisión que tuvo lugar hace más de un mes, pero que ahora el Vaticano ha hecho pública tras las muchas reservas que ha generado en diferentes entornos la gestión de este presunto caso de abusos. Según Francisco, «la Iglesia debe aprender del Sínodo a escuchar con atención y compasión a aquellos que sufren, sobre todo a quienes se sienten marginados por la Iglesia».
Denuncias «altamente verosímiles»
Varios testimonios sostienen que entre 1980 y 2000 Rupnik abusó sexual y espiritualmente de 20 mujeres, entre ellas siete religiosas. En enero 2020 se le acusó de una grave violación del derecho canónico y se le excomulgó, aunque en mayo de aquel mismo año la Congregación para la Doctrina de la Fe (ahora dicasterio) le levantó la pena. Aunque no existe ninguna condena firme sobre sus presuntos abusos, la Compañía de Jesús, que lo expulsó en junio, consideró que las denuncias que recibió son «altamente verosímiles».
Johan Verschueren, delegado para las Casas y Obras Romanas Internacionales de los jesuitas, lamentó en julio, cuando se oficializó la expulsión del sacerdote esloveno, su incapacidad «para hacer frente a la voz de tantas personas que se sintieron heridas, ofendidas y humilladas por su comportamiento y conducta hacia ellas». Y prometió la apertura de «mejores vías de reflexión» para desterrar este tipo de prácticas de la Iglesia.