Francisco da trabajo al padre y marido de Marie y Fati - Alfa y Omega

Francisco da trabajo al padre y marido de Marie y Fati

La imagen de madre e hija fallecidas por deshidratación en el desierto tunecino dio la vuelta al mundo. Pato, que sobrevivió, llegó hasta Roma y desde hace unos días trabaja como vigilante en los Museos Vaticanos

Eva Fernández
Francisco con Pato en la Casa Santa Marta el 17 de noviembre de 2023
Francisco con Pato en la Casa Santa Marta el 17 de noviembre de 2023. Foto: CNS.

Desde hace un año Mbengue Nyimbilo Crepin, conocido por todos como Pato, apenas puede conciliar el sueño. Los recuerdos de su mujer Fati y de la pequeña Marie, su hija única de 6 años, siguen estando presentes desde aquel fatídico día en el que se enteró que murieron de sed, abandonadas a su suerte, sin agua y bajo un calor abrasador en el desierto de Túnez. La fotografía de las dos abrazadas sobre la arena del desierto nos dejó a todos sin aliento. El pasado miércoles, 10 de julio, la vida le ha vuelto a dar otra oportunidad. Ese día Pato salió por la puerta del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano con un contrato de trabajo indefinido bajo el brazo. Por indicación del Papa Francisco, el cardenal español Fernando Vérgez le puso delante unos papeles que cambiarán su vida para siempre: será vigilante de sala en los Museos Vaticanos. Desde ahora Pato es un trabajador más del Estado más pequeño del mundo.

Pato y Fati se conocieron en Libia en junio de 2016, en el campo de prisioneros de Qarabully. Marie nació el 12 de marzo de 2017. Sus padres soñaban con ofrecer a la niña una educación como la que ellos habían siempre deseado. Hasta en cinco ocasiones los dos intentaron abandonar Libia, un país que desprecia a los subsaharianos, pero ninguna de las escapadas salió bien y siempre acabaron recluidos en los terribles centros de detención de Libia.

En 2019, mientras se encontraban en la prisión de Tajoura, dos bombardeos aéreos provocaron una auténtica masacre: más de 40 muertos y decenas de migrantes heridos. A Pato la metralla le perforó el tímpano izquierdo, pero no recibió atención médica. Desde entonces su oído sangra periódicamente. En la última intentona optaron por buscar otra vía para conseguir escapar de Libia y el día 13 de julio de 2023, Pato, junto a su esposa y su hija y otros tres hombres y una mujer, intentaron llegar a Túnez. Los dos eran francófonos y esperaban que allí les fuese más fácil recomenzar.

Fati y Marie fallecieron deshidratadas en el desierto
Fati y Marie fallecieron deshidratadas en el desierto.

La pesadilla comenzó al llegar a ese país. La Policía tunecina destrozó sus teléfonos y les condujo de manera violenta al desierto, fuera de las fronteras. Pero esa noche volvieron a intentarlo, armándose de valor, y finalmente consiguieron llegar a Túnez. Al día siguiente, mientras buscaban agua, fueron interceptados de nuevo por la Policía. Una vez más les trasladaron al desierto junto a otras 30 personas. Allí los abandonaron sin agua y con temperaturas cercanas a los 50 ºC. Durante la travesía Pato se empezó a encontrar muy mal, se dio cuenta de que no tenía fuerzas para continuar la marcha y tampoco quería ser una rémora para su familia. Rogó a su esposa que no se quedasen con él, porque entonces morirían los tres. Aquel momento fue terrible para Fati y Marie, pero no tenían otra opción, porque ningún miembro de la caravana estaba dispuesto a esperar a que Pato se recuperara. Lo prioritario era salvar a Marie y finalmente las convenció de que tenían que regresar a Libia cuanto antes. Allí él las buscaría.

Tumbado bajo el sol, apenas le quedaban fuerzas, no podía respirar y estaba seguro de que había llegado el final. Aunque lo más lógico es que Pato hubiera encontrado la muerte en el desierto, Dios le tenía preparado otro destino. Había anochecido ya cuando tres caminantes sudaneses lo encontraron, le dieron agua y le permitieron que los acompañara a Libia, donde Pato esperaba reencontrarse con su mujer y con su hija. Pero tras una búsqueda estéril, con lo que se encontró fue con una terrible foto que había comenzado a circular por las redes sociales. Se quedó sin aliento al reconocer a su familia en la misma posición que solían emplear cuando se acostaban juntas. Asegura que en ese momento albergó la esperanza de que tan solo estuvieran tumbadas descansando y no muertas.

El Papa ya rezaba por él

Tras la tragedia Pato comenzó a relatar la muerte de Fati y Marie, para advertir a todos que la situación para los migrantes en Túnez se había deteriorado hasta límites inhumanos. Recibió amenazas y comprendió que debía huir de Libia, porque en cualquier momento podrían matarlo. Se subió a una de las embarcaciones precarias que intentan llegar a Italia y consiguió llegar a la isla de Lampedusa. Caminaba como un muerto en vida sin terminar de asimilar lo ocurrido. Allí es donde los medios de comunicación comenzaron a difundir su historia.

El Papa Francisco llevaba mucho tiempo rezando por la mujer e hija de Pato antes de saber de él. Lo hizo desde el primer instante en el que le mostraron su fotografía. En noviembre de 2023 recibió a Pato en Santa Marta acompañado por Don Mattia Ferrari, capellán en numerosas misiones de rescate de la ONG italiana Mediterranea Saving Humans. En cuanto les presentaron, Francisco le confirmó que no había dejado de rezar por ellas. El Papa estuvo escuchando detenidamente su historia, mientras a Pato se le quebraba la voz y apenas podía contener sus lágrimas.

Desde aquel momento Francisco ha seguido muy de cerca la trayectoria de Pato. El pasado 2 de julio de 2024, apenas comenzados los días de descanso en los que Francisco reduce su agenda, volvió a recibir a un grupo de inmigrantes entre los que se encontraba de nuevo Pato acompañados de Don Mattia. El Papa volvió a darle otro gran abrazo y, posiblemente, ese día comenzó a mover los hilos para encontrarle un trabajo.

Uno de los aspectos por los que el Pontificado de Francisco pasará a la historia es por su actitud ante la situación de los migrantes. Sus llamamientos para que el mundo no les dé la espalda han sido continuos desde que, tan solo meses después de su elección, en la víspera de la Jornada Mundial del Refugiado, recordó a todos con claridad que «estamos invitados a considerar las situaciones de las familias refugiadas, obligadas muchas veces a abandonar con prisa su casa y su patria y a perder cualquier bien y seguridad para huir de violencias, persecuciones o discriminaciones por motivos religiosos, étnicos o ideas políticas».