Francisco con los jesuitas del Congo: «Las noticias de la guerra nos hablan de una crueldad difícil de pensar»
En su encuentro con los jesuitas en la República Democrática del Congo, Francisco rechazó un Sínodo para la cuenca del Congo y relató por qué rechazó dos veces ser obispo
«No habrá un Sínodo sobre el Congo». Los jesuitas de la República Democrática del Congo preguntaron al Papa Francisco el 2 de febrero si se había planteado esta opción para abordar la realidad de la cuenca del río homónimo, segundo pulmón del planeta, de forma similar a lo ocurrido en el Sínodo sobre la Amazonia. Francisco respondió que este último «fue ejemplar».
Y, en gran medida lo tratado allí «también se aplica a la cuenca del Congo». Así se lee en la transcripción del encuentro con los jesuitas de este país y de Sudán del Sur, que este jueves publica La Civiltà Cattolica. Con sus correligiosos de Sudán del Sur, el Santo Padre insistió, dos días después, en que ambas regiones se enfrentan a retos similares. De hecho, África es «aún más» explotada que el Amazonas «por los minerales que la hacen rica». Por eso del sínodo de 2019 se pueden sacar «elementos y criterios que también son útiles para el Congo».
«Un discurso sobre el cuidado de la creación es importante para ambos continentes». Además, les dijo también a los jesuitas congoleños, «sin duda sería bueno que la conferencia episcopal se comprometiera sinodalmente a nivel local».
Otro paralelismo entre África y la Amazonia es el desafío que presenta la relación entre fe y cultura. En Sudán del Sur, Francisco afirmó que «una cultura fuerte es una ventaja si se logra evangelizarla». Propuso para ello la expresión de la Conferencia de Puebla en 1979: «Evangelización de la cultura e inculturación de la fe».
En este sentido, había dicho unos días antes a los congoleños que «me gusta el rito congoleño porque es una obra de arte, una obra maestra litúrgica y poética. Se hizo con sentido eclesial y sentido estético. No se trata de una adaptación, sino de una realidad poética, creativa, con sentido» en la realidad africana.
«Soy un poco pesimista»
Durante la conversación, el Pontífice abordó otros desafíos que viven ambos países. Uno de ellos, «muy fuerte», dijo en el Congo, es el conflicto. Pero «el mundo entero está en guerra». Reconoció que para él «es algo nuevo» cómo las noticias de la guerra «nos hablan de una crueldad incluso difícil de pensar».
Por ello, se preguntaba «¿tendrá la humanidad el valor, la fuerza o incluso la oportunidad de dar marcha atrás? Se sigue adelante, adelante, adelante hacia el abismo». Confesó que «soy un poco pesimista», también al mirar cómo «todavía hay mucha hambre en el mundo, y seguimos fabricando armas». «Los cristianos debemos rezar mucho: “¡Señor, ten piedad de nosotros!”».
En Sudán del Sur, por otro lado, subrayó que ante la mentalidad explotadora con la que se mira a África, la región «necesita políticos que no se dejen pervertir por la corrupción», que «no deja espacio para que el país crezca, lo destruye». «O sirves a Dios, o sirves al dinero», sentenció.
A la tercera fue la vencida
Con todo, la conversación también abordó cuestiones personales. Así, por ejemplo, en su encuentro con los jesuitas en Kinsasa desveló que rechazó dos veces ser obispo. «Me tomé en serio» el voto jesuita de no buscar puestos de poder en la Iglesia. Por eso, cuando estaba en Argentina no aceptó cuando le ofrecieron ser obispo auxiliar de San Miguel, ni ser obispo de Corrientes. «La tercera vez vino el nuncio, pero ya con la autorización firmada por el superior general, el padre Kolvenbach, que había accedido a que yo aceptara». Era para ser auxiliar en Buenos Aires. «Así que acepté con espíritu de obediencia».
Luego, como Papa, explicó por qué ha nombrado a jesuitas como obispos. «Si sirve al bien de la Iglesia, entonces prevalece este» por encima del voto. «Cuando el general o los provinciales saben que se está pensando en hacer obispo a un jesuita intervienen y saben “defender” a la Compañía», aseguró. «Si luego se decide que es necesario, se hace». Pero si, por ejemplo, el primero de la terna es jesuita y «hay un segundo que puede hacerlo igualmente bien, se elige al segundo».
Papas de por vida
Sobre la posibilidad de renunciar, explicó que aunque escribió su carta de renuncia «dos meses después de la elección», ahora mismo «no sé dónde está», pues «la entregué al cardenal Bertone», entonces secretario de Estado. Haberlo hecho, con todo, «no significa para nada que la renuncia de los papas deba convertirse en algo así como una moda, algo normal».
Benedicto XVI «tuvo el valor de hacerlo» por su salud, pero «no está en mi agenda por el momento. Creo que el ministerio del Papa es ad vitam». En este sentido, bromeó con que «si le hiciéramos caso a los chismes, ¡entonces deberíamos cambiar de Papa cada seis meses!». Lo mismo se aplica, cree, al puesto de superior general de la Compañía de Jesús, precisamente «para evitar cálculos, facciones, chismes». «En esto soy “conservador”».
- Ecumenismo: «Estamos preparando un encuentro para 2025» con el patriarca ecuménico Bartolomé, con quien «queremos llegar a un acuerdo sobre la fecha de la Pascua» (R. D. Congo).
- Padre Arrupe: La Causa de beatificación «sigue adelante», pero «el mayor problema» es que «escribió mucho y es necesario leerlo todo». «Era un hombre de oración, un hombre que luchaba con Dios cada día, y de ahí viene su firme llamado a la promoción de la justicia» (Sudán del Sur).
- Prioridades para los jesuitas: «En primer lugar, mostrar el camino hacia Dios mediante los ejercicios espirituales y el discernimiento». Una segunda misión es de «reconciliación y justicia», caminando junto a los pobres. Y, por último, «acompañar» a los jóvenes «a crear el futuro» y colaborar con ellos «en el cuidado de la casa común» (R. D. Congo).
- Cultura pagana y cultura cristiana: «Mi temor tiene que ver con la generalización de la cultura pagana. Los valores paganos hoy cuentan cada vez más: dinero, reputación, poder». Coinciden con «los pecados fundamentales» que san Ignacio señala en sus ejercicios espirituales. Frente a esto, la cultura cristiana no es «la cultura de un partido unido, donde todos agrupados hacen la fuerza». Más bien, «es la capacidad de interpretar, discernir y vivir el mensaje cristiano». «Debemos aprender a avanzar en un contexto pagano», donde «si uno piensa en las exigencias de la vida cristiana, las considera una forma de extremismo» (Sudán del Sur).
- Alegrías y tristezas: «El mayor consuelo es cuando veo a gente sencilla que cree», el «pueblo fiel de Dios, pecador pero creyente». En cambio, «me hacen sentir desolación las elites, los pecadores y los no creyentes» (Sudán del Sur).