Francisco clama por el fin de la violencia en Libia
Tras el rezo del ángelus, el Papa ha instado a la comunidad internacional a buscar un camino para la paz, la estabilidad y la unidad en Libia, y les ha pedido «por favor» que se tomen «en serio» la difícil situación de «los miles de migrantes, refugiados, solicitantes de asilo y desplazados internos»
El Papa ha vuelto a realizar un nuevo llamamiento a la paz en Libia y ha pedido a la comunidad internacional que trabaje por el fin de la violencia y que se tome en serio la difícil situación de todos los afectados por el conflicto.
«Insto a los organismos internacionales y a quienes tienen responsabilidades políticas y militares a que reanuden con convicción y decisión la búsqueda de un camino para poner fin a la violencia, que conduzca a la paz, la estabilidad y la unidad del país», ha dicho Francisco después del rezo del ángelus.
Libia, en la oración del Papa
El Pontífice ha reconocido que sigue «con gran aprensión» y «con dolor» la «dramática situación de Libia» y que el país «ha estado presente en mis oraciones estos últimos días».
El santo padre también ha rezado «por los miles de migrantes, refugiados, solicitantes de asilo y desplazados internos en Libia», que han visto agravadas «sus ya precarias condiciones» por culpa de la situación sanitaria, «haciéndolos más vulnerables a las formas de explotación y violencia».
Ante este panorama, Bergoglio ha asegurado que «hay crueldad» y ha vuelto a dirigirse a la comunidad internacional para pedirles, «por favor, que se tome en serio su difícil situación, identificando vías y proporcionando medios para proporcionarles la protección que necesitan, una condición digna y un futuro de esperanza».
Francisco ha concluido asegurando que «todos tenemos responsabilidad en esto» y que «nadie puede sentirse dispensado. Recemos todos por Libia en silencio».
Doble fruto de la Eucaristía
Previamente, el Pontífice se ha referido a la solemnidad del Corpus Christi y ha destacado el efecto místico y el efecto comunitario de la Eucaristía. «Este doble fruto de la Eucaristía: el primero, la unión con Cristo y, el segundo, la comunión entre los que se alimentan de Él, genera y renueva continuamente la comunidad cristiana», ha asegurado el Papa.
Este es el misterio de la comunión, ha concluido el Papa, «recibir a Jesús para que nos transforme desde adentro y recibir a Jesús para que haga de nosotros la unidad y no la división».