Francesco Ceravolo: «El peregrino debe ir a los comercios autorizados» - Alfa y Omega

Francesco Ceravolo: «El peregrino debe ir a los comercios autorizados»

Carmen Álvarez Cuadrado
El presidente de Assoborgo, Francesco Ceravolo, en la transitada calle de Borgo Pio, a pocos metros del Vaticano
El presidente de Assoborgo, Francesco Ceravolo, en la transitada calle de Borgo Pio, a pocos metros del Vaticano. Foto: Carmen Álvarez Cuadrado.

En Borgo Pio hay tiendas centenarias. Por sus mostradores han pasado millones de peregrinos. De cara al Jubileo 2025 han hecho grandes inversiones. De ahí su preocupación al enterarse por sorpresa de que la calle estaría en obras, incluso ya inaugurado el año santo. Lo resalta el presidente de Assoborgo, asociación de comerciantes y residentes de esta zona. Finalmente, han logrado un acuerdo. 

¿Cómo reaccionaron los comerciantes de Borgo Pio ante la noticia de que la calle estaría cortada en el Jubileo?
Con gran preocupación. La zona vive del turismo y se está preparando para acoger a 39 millones de peregrinos. Las empresas han hecho enormes inversiones, muchos de los comercios se han modernizado o reestructurado. Hay unos 700 empleados, el 30 % contratados para el año santo, y corrían el riesgo de perder su trabajo si se bloqueaba la calle. Habríamos perdido casi el 100 % del negocio durante seis meses. Estábamos desesperados. Las obras se hacen antes; no durante.

¿Estaba previsto comenzar las obras tan solo dos meses antes del año santo?
En absoluto. Nos enteramos por la prensa. Llamamos al Ayuntamiento y hubo una reunión con nosotros, los comerciantes. Nos dijeron que había que hacer estas obras porque están dentro de unos fondos específicos para el Jubileo 2025 que había que gastar en una determinada fecha. Intentamos insistir en que no se puede bloquear la calle comercial más importante frente al Vaticano durante el año jubilar.

¿Se habrá acabado el 24 de diciembre?
Hubo un acuerdo con la Administración para intentar que las obras tuvieran un bajo impacto antes de la apertura de la Puerta Santa. Luego, hubo un malentendido porque querían bloquear toda la calle para comodidad de las obras. Hablamos con ellos, siempre con ánimo de colaborar. Al final, nació una especie de paz. La promesa es terminar los tramos levantados para el 6 de diciembre y estar sin obras hasta el 8 de enero. Tras esa fecha, lo acordado es volver a reunirnos para decidir juntos si continuarlas, de qué forma y con qué calendario para no repercutir en los actos jubilares ya programados.

Si todo va según lo previsto, ¿qué es lo que se espera para este Jubileo 2025?
Hoy se viaja más que antes, por lo que no esperamos al peregrino de los 70 que llega a Roma por primera vez y, probablemente, la última. Vendrá gente nueva, no solo para el año santo, sino también para visitar Roma. Con los vuelos de bajo coste, se planearán viajes también a última hora. Los peregrinos tienen una app maravillosa, Iubilaeum25, en la que pueden tener una tarjeta online, acreditarse, conocer la ciudad…

Hace unas semanas, la Policía incautó unos 100.000 productos falsificados con el logo del Jubileo.
Es algo que se sabe. No hay acontecimiento mundial —una exposición universal, un mundial o un concierto— en el que no suceda. Mucho más cuando se esperan tantos millones de peregrinos. Desgraciadamente, están también los comerciantes que solo abren durante un año y se intentan aprovechar. Mi consejo es siempre el mismo: el cliente, el peregrino, debe dirigirse a los comercios históricos autorizados. No compramos el accesorio o la mascota hecha en China, sino cosas bien hechas, con excelencia made in Italy. Por tanto, son bienvenidos los controles. Tenemos miembros que llevan trabajando más de 100 años en este tipo de ventas y son la mejor garantía.

¿Cuál sería su sueño para Borgo Pio?
Tenemos un proyecto y nos gustaría sentarnos con la Administración para rediseñar la zona cuando acabe el año jubilar: que sea más verde, con más uso, pero siempre respetando un lugar con cientos de años y que es patrimonio de la Unesco. Por ejemplo, poner árboles para bajar la temperatura o repensar la iluminación.