Fin del viaje a Japón: «Aunque los cristianos son una minoría, su presencia se siente»
Se reúne con estudiantes en la Sophia University antes del regreso a Roma
Al cabo de siete días de un viaje agotador a Tailandia y Japón, el Papa se ha despedido este martes del país del Sol Naciente reuniéndose con estudiantes y profesores de la Sophia University, fundada por los jesuitas en 1913 y una de las más prestigiosas en humanidades y ambiente internacional.
Visiblemente cansado pero, a la vez, satisfecho y agradecido, el Santo Padre ha comentado que en Japón, «a pesar de que los cristianos son una minoría, su presencia se siente. Yo mismo he sido testigo de la estima general que se siente hacia la iglesia católica».
El Papa había sido recibido el lunes por el emperador Naruhito como lo había sido en Tailandia por el rey Rama X. Tanto en Bangkok como en Tokio, Francisco ha pronunciado discursos ante las máximas autoridades políticas y sociales –un tratamiento que se concede a muy pocos visitantes excepcionales– a pesar de que los católicos son una minoría numéricamente insignificante, menos del 0,5 por ciento de la población de cada país.
Con el recuerdo todavía muy fresco de su visita a Hiroshima y Nagasaki el domingo, y del encuentro con las víctimas del «triple desastre» –el terremoto, maremoto y accidente nuclear de Fukushima en 2011– el lunes, el Papa ha invitado a estudiantes y profesores ante todo a profundizar en las ciencias pero a no quedarse solo en eso.
Para completar el cuadro de la «Sabiduría» –el nombre en griego de la universidad–, Francisco considera que «el amor por la naturaleza, tan típico de las culturas asiáticas, debería expresarse aquí en una inquietud inteligente y previsora por la protección de la tierra, nuestra casa común».
El Papa ha subrayado que «desde su fundación, la Sophia University se ha enriquecido con la presencia de profesores de varios países, incluso a veces de países en conflicto entre sí». Esa apertura debe continuar manifestándose en la acogida a quienes siguen llegando y «en la ayuda a quienes más lo necesitan, aquí y en el extranjero».
También les ha insistido en que mantengan «la atmósfera de reflexión y discernimiento. Ningún estudiante de esta universidad debería graduarse sin haber aprendido cómo elegir, responsable y libremente, lo que en conciencia sabe que es lo mejor».
Sus últimas palabras han sido un llamamiento a la responsabilidad, pues todo lo aprendido «tiene que ir acompañado por la conciencia de saberse servidores de la justicia y del bien común, en el área que a cada uno le toque desarrollar», sin olvidar nunca a los pobres y necesitados.
Juan Vicente Boo / ABC