Filomena no para a los voluntarios de Cáritas
Las cáritas de toda España se vuelcan con las personas sin hogar afectadas por el temporal de frío y nieve de estos días
«Ahora mismo tenemos todas nuestras plazas para personas sin hogar al 100 % de su capacidad, 300 plazas en las cinco provincias en las que trabajamos», afirma Javier García Cabañas, responsable de Cáritas Castilla-La Mancha.
En cuatro de estas provincias la institución caritativa de la Iglesia está trabajando codo a codo con las administraciones locales en sus dispositivos de emergencia, y en Toledo se han coordinado con el Ayuntamiento de la capital para instalar un operativo en la estación de autobuses para que las personas sin hogar puedan pasar la noche estos días de frío más intenso.
«Les estamos dando colchonetas, sacos de dormir y mantas, y un grupo de jóvenes de Acción Católica les visita por las tardes para estar con ellos y atenderles en lo que necesiten», afirma García Cabañas.
El responsable de Cáritas en Castilla La Mancha señala que todos los alojamientos de los que dispone la red en la comunidad autónoma «están completos», tanto los recursos básicos como los de urgencia, o los pisos de media y larga estancia, «pero la mayor dificultad que estamos teniendo estos días es que no podemos llenar los centros por las restricciones de la pandemia, y eso nos ha complicado las cosas».
Sin embargo, uno de los éxitos de estos días «ha sido el haber podido entregar comida a los ancianos en sus domicilios, en todas nuestras provincias, personas que están en una situación muy vulnerable y no pueden salir de casa», destaca Javier, quien también valora la entrega de los profesionales de Cáritas que estos días «están yendo a trabajar a nuestros centros, algunos incluso pasando varias noches junto a enfermos para poder atenderles».
Esta es la misma situación que se vive en Salamanca, cuya Cáritas diocesana está intensificando su labor en el centro de día para personas sin hogar y la casa de acogida Padre Damián. «Trabajamos en coordinación con otras entidades y con el Ayuntamiento para no dejar a nadie fuera», explica Ester Berzal desde comunicación de la institución.
Allí en Salamanca, el grupo de jóvenes Molokai, vinculado a Cáritas, está saliendo por las noches en busca de las personas sin hogar que queden en la calle para ofrecerles alternativas. «Queremos romper la idea de que no hay plaza para ellos en los albergues, porque a veces eso es lo que piensan algunas personas en situación de calle», explica Noemí García, coordinadora del grupo.
Después de cuatro años respondiendo a las situaciones de mayor frío, «rastreando la ciudad» para atender a los que lo necesitan, los jóvenes se han encontrado las noches de este fin de semana con doce personas en la calle. «Las llevamos a la Cruz Roja a pasar la noche. No imponemos a nadie que se mueva, lo importante es verles y preguntarles si necesitan algo, con libertad», asegura Noemí.
«En Teruel tenemos experiencia en este tipo de nevadas», afirma Juan Marco, director de la Cáritas diocesana. Por eso «hemos puesto todos nuestros medios a disposición de las personas sin hogar y todo el que ha querido ha podido estar cubierto. Aquí está todo el mundo atendido», señala. Para ello han habilitado sus dos centros habituales, «y si tenemos que añadir habitaciones o pagar la pensión lo hacemos», además de poner a disposición de estas personas un centro llamado Hogar con corazón, que está abierto todo el día «para que la gente no tenga que estar en la calle y estén calientes».
En otras diócesis el movimiento de las Cáritas es similar. Así, en Cáritas Valencia se ha duplicado estos días el número de plazas para personas sin hogar, habilitando una nueva vivienda, ampliando el horario de su centro de noche y sus plazas en el centro Aldaia y contratando más habitaciones en pensiones. Asimismo, en Gandia Cáritas ha dado cobijo la pasada noche a un total de seis personas después de que el equipo de calle comprobara que sus pertenencias, colchones y tiendas de campaña, se habían mojado completamente a causa de la lluvia.