Fallece el cardenal Tomko a los 98 años
Era el purpurado más longevo de todo el Colegio Cardenalicio. Era frecuente verlo pasear cada día por la Via della Conciliazione rezando el rosario
Ni siquiera el COVID impidió que el purpurado eslovaco faltara a sus paseos diarios por la Via della Conciliazione rosario en mano. A veces, le acompañaba alguna de las hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl que cuidaban de él, también eslovacas. Vivía en el número 44 de la famosa calle que desemboca directamente en la plaza de San Pedro, un edificio que alberga también la sede de algunos medios de comunicación. Por eso, en ocasiones el cardenal echaba mano de los servicios audiovisuales de estas agencias para grabar sus mensajes al pueblo eslovaco. Aquella casa de Via della Conciliazione era parada obligatoria para los grupos de eslovacos que acudían en peregrinación a Roma. También para los católicos eslovacos que viven en la Ciudad Eterna.
Jozef Tomko ha fallecido a los 98 años por complicaciones derivadas de una lesión de espalda a la que se ha sumado una condición debilitada a causa del COVID. El cardenal eslovaco ostentaba el honor de ser el purpurado más longevo del Colegio Cardenalicio. Era el prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los pueblos, dicasterio en el que pasó 16 años y en el que este lunes se ha recordado especialmente a quien fuera su prefecto hasta el año 2001. También era presidente emérito del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales.
El cardenal eslovaco nació en Udavské, en la archidiócesis de Košice en 1924. Fue ordenado sacerdote en 1949 para la entonces diócesis de Košice. Estudió en Roma y en 1949 se convirtió en vicerrector del Pontificio Colegio Nepomuceno. En los 60 entró en la Curia Vaticana, en concreto, en la Congregación para la Doctrina de la Fe y después fue Subsecretario de la Congregación para los Obispos. En 1979 fue nombrado arzobispo y en 1985 creado cardenal por Juan Pablo II quien le confió la guía de Propaganda Fide. Como responsable de esa oficina recorrió el mundo entero como un auténtico misionero examinando sobre el terreno la posibilidad de crear nuevas diócesis, construir parroquias, seminarios o centros de salud y educativos. Muchas veces precedió a Juan Pablo II en sus viajes preparando sus visitas.
El Papa polaco le concedió la titularidad de la basílica de Santa Sabina, en la colina del Aventino. En ese lugar, cada miércoles de ceniza, era el encargado de imponer la ceniza sobre la cabeza de los Papas que presidían la celebración penitencial. Este 2022 Francisco no acudió a la basílica. Envió al cardenal Pietro Parolin en su lugar y allí Jozef Tomko impuso la ceniza al Secretario de Estado.
No hace mucho, el 30 de abril, el Papa recibió a un nutrido grupo eslovaco en el Aula Pablo VI. Acudieron acompañados por su cardenal. El Santo Padre no pasó por alto que Tomko, a sus 98 años, hubiera asistido a la audiencia y así lo hizo notar con una afectuosa broma: «Saludo cordialmente al cardenal Jozef Tomko cuya presencia nos hace sentir que la Iglesia es una familia que sabe honrar la ancianidad como un don. Pero tengo una duda, ¡parece más joven que yo!».
El purpurado quería ser enterrado en su tierra natal, en Košice, en la basílica de Santa Isabel. Antes se celebrarán sus funerales en Roma que tendrán lugar el próximo jueves en la basílica de San Pedro, en el Altar de la cátedra.
Con su pérdida, el Colegio Cardenalicio pasa a contar con 206 purpurados de los cuales 116 son electores y 70 no electores. El más longevo, con 97 años, es ahora Alexandre do Nascimento, arzobispo emérito de Luanda, en Angola.