Exposición en la Biblioteca Nacional de España: La lengua y la palabra. 300 años de la RAE. Para velar por la lengua en la nueva Babel - Alfa y Omega

Exposición en la Biblioteca Nacional de España: La lengua y la palabra. 300 años de la RAE. Para velar por la lengua en la nueva Babel

En el Antiguo Testamento, Babel es la torre cuya construcción emprendieron los hombres con afán de llegar al cielo y alcanzar la fama. No pudo ser acabada: el Señor castigó esta soberbia confundiendo la lengua de quienes la construían para que no se entendieran. En su 300 aniversario, la Real Academia Española revive su historia de velar por la lengua, en la muestra La lengua y la palabra

Catalina Roa
‘Ramón Menéndez Pidal leyendo ante la Academia’, de Luis Menéndez Pidal (1901).

Babel es la imagen que abre la magna exposición La lengua y la palabra. La imagen de la torre contrasta con la estampa de la sede de la Real Academia Española; un edificio neoclásico, equilibrado, en cuyo interior se cuida la lengua, frente a la construcción inacabada y caótica por la incomunicación con la que el Señor castigó la soberbia: «Vamos, bajemos allí y confundamos su lengua para que nadie entienda el lenguaje del otro».

‘La construcción de la Torre de Babel’, de Frans Francken II y Ambrosius Francken II (siglo VII). A la derecha: ‘Inauguración de la Real Academia Española por la Reina María Cristina’. Estampa iluminada (1894).

Nuestro tiempo de confusión puede muy bien ser representado con la imagen de Babel. Diríamos que la saturación de palabras y discursos vacíos se corresponde con la confusión bíblica: hablar cada vez más –como la multiplicidad de lenguas en Babel– supone a veces entenderse cada vez menos. Por otro lado, la incapacidad de comprender los textos escritos –España se sitúa a la cola de la OCDE en comprensión lectora– está ligada a la ruptura con la tradición que milenariamente se ha vertido en esos textos, y tiene como consecuencia la merma de la creatividad. El académico Vargas Llosa cita a T. S. Eliot en un texto para la exposición: «No hay creación sin tradición que la sustente; no hay tradición sin creación que la renueve».

La palabra, la facultad de nombrar, está íntimamente ligada a la creación: «Dijo Dios: Haya luz; y hubo luz. Y vio Dios ser buena la luz, y la separó de las tinieblas; y a la luz llamó día, y a las tinieblas noche, y hubo tarde y mañana y día primero». De forma que la capacidad –única en el hombre– de nombrar identifica al ser humano como hecho a imagen de Dios –en su ser creativo, en la comunicación de sí, en su fantasía–.

La ‘Cómoda’: el fichero de las ediciones de la RAE

La lengua es un instrumento valiosísimo de creatividad y vehículo de transmisión del saber: de ahí que surjan instituciones que la custodian, como la RAE. Su labor de estos 300 años no es sólo normativa. La Academia vela por la tradición («Los académicos sabemos que cada palabra es y encierra una memoria», dice José Manuel Blecua, el actual director), y vela también por la unidad de un idioma hablado por cerca de 500 millones de personas como primera lengua. La RAE, con su servicio al español desde 1714, nos invita a sopesar cada palabra que usamos, a tomarla en serio, a emplearla con propiedad.

Abecedario con las figuras de los vendedores de Madrid (siglo XIX).

Como un niño que muestra sus tesoros, la RAE exhibe en las vitrinas de La lengua y la palabra objetos preciosos para todos los que amamos la cultura española: desde sus antecedentes, como El tesoro de la Lengua, de Covarrubias, hasta manuscritos de Lope de Vega, o de Delibes. La exposición también está concebida como un homenaje a las grandes figuras de la historia de la Academia, mostrando muchos de sus retratos y los diplomas que acreditan la recepción del premio Nóbel por parte de algunos académicos. Pero no sólo es un homenaje a ellos. También al lector. Especialmente conmovedor es el cuadro Un estudiante pobre, un préstamo del Museo del Prado, donde un chico mal vestido no parece tener más riqueza que el libro que reposa en su regazo y que imaginamos leería con fruición, con hambre de saber.

Salón de Plenos. Real Academia Española.

La exposición se divide en siete bloques temáticos y conceptuales. El apartado dedicado a la incorporación de la mujer a la Academia está presidido por la definición de la palabra Sexismo: 2. Discriminación de personas de un sexo por considerarlo inferior al otro. Es una ironía, o quizá una forma de entonar el mea culpa. La mujer fue muy tardíamente, con el nombramiento de Carmen Conde en 1978, admitida como miembro de número de la Academia.

‘Tesoro de la lengua castellana o española’, de Sebastián de Covarrubias (1611). A la derecha: Oración de apertura y cierre del Pleno de la RAE.

Bíblicamente, el drama de Babel se resuelve en Pentecostés. La llegada del Espíritu Santo abrió el entendimiento de los discípulos para comprender y se pusieron a hablar diversas lenguas. También en sus comienzos, la RAE abría sus sesiones del Pleno con una invocación al Espíritu Santo para que iluminara su labor. Luces: 6. Esclarecimiento o claridad de la inteligencia. Hombres con luces. Es lo que necesitamos.

La lengua y la palabra, exposición organizada por la Real Academia Española y Acción Cultural Española, se puede visitar en la Biblioteca Nacional (Pº Recoletos 20-22, de Madrid) hasta el 26 de enero.