Los tres papas santos del siglo XX (Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II) coincidían en que hay tres ámbitos profesionales privilegiados para la misión profética del cristiano: la política, la educación, y la comunicación social.
Ha fallecido Eugenio Nasarre, un hombre admirable, que dio testimonio de su fe e intentó llevar los valores del Evangelio a estos tres ámbitos de la profecía cristiana de hoy a la vez: a la política, a la educación, y a la comunicación social. Padre de familia, con cuatro hijos, hizo de joven lo que todo un buen cristiano que se tome en serio la unción de su Bautismo en la que se le configuro como profeta en Cristo profeta, ha de hacer: prepararse bien. Militante de la Asociación Católica de Propagandistas, estudió las carreras de Filosofía, Derecho, Ciencias Políticas y Comunicación Social.
En el ámbito de la educación hizo durante toda su vida pública un servicio impagable: desde el ámbito político propició constantemente la mejora de la educación en España, como secretario general tanto en los ministerios de Educación como de Cultura, y como miembro de la comisión de educación en el Congreso de los Diputados siendo diputado a Cortes en cuatro legislaturas. Siempre al servicio de la calidad, la igualdad y la libertad educativa.
En la política, además de este servicio a la educación, destacó su promoción de la Doctrina Social de la Iglesia en los partidos políticos en los que militó. Se comprometió, ya desde antes de la democracia, con el proyecto de la Unión Europea siguiendo la huella de dos de sus dos grandes inspiradores: Jacques Maritain y Robert Schuman, desde el Movimiento Europeo en España, del que fue presidente y ahora era vicepresidente. Desde la comunicación social le debemos, primero como director de Asuntos Religiosos y después como director de Radio Televisión Española en los primeros años de la democracia, la programación religiosa en Televisión Española y en Radio Nacional. Desde la Unión Católica de Periodistas Católicos, la UCIPE, propició siempre la vocación al periodismo de las nuevas generaciones y una prensa, radio, televisión e internet al servicio de la verdad.
Tus amigos, Eugenio, te echaremos de menos. Y el pueblo español seguirá durante mucho tiempo beneficiándose de todo lo que hiciste por él. Dios te tenga en su gloria y a nosotros nos ayude tu ejemplo para ser profetas de Cristo en medio de los avatares de la vida personal y social en la que nos ha tocado vivir.