Etapa 9: León. «Los peregrinos tienen muchas ganas de volver al Camino» - Alfa y Omega

Etapa 9: León. «Los peregrinos tienen muchas ganas de volver al Camino»

José Calderero de Aldecoa
Foto cedida por Anselmo Reguero Pinilla.

Anselmo Reguera Pinilla (Felechas —Boñar—, 1950) nació en las mismas montañas leonesas que los peregrinos utilizaban durante la dominación musulmana de la península para llegar hasta la recién descubierta tumba del apóstol Santiago. Hoy dirige la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León, donde no dejan de recibir llamadas en las que preguntan por ese otro enemigo que también ha conseguido cortar el paso a los peregrinos: el coronavirus. «Con el ritmo de vacunación actual, creo que entre mayo y junio se reactivará bastante el Camino. Nosotros ya estamos haciendo planes para hacer un tramo en esos meses».

En una ciudad grande como León, me imagino que el espíritu jacobeo estará muy disipado.
Para nada. Por aquí pasan hasta siete caminos, desde el francés, el que viene de Madrid, el de invierno —que sigue el curso del río Sil—, e incluso uno muy curioso y bonito, el Camino olvidado. Estamos más que acostumbrados a ver peregrinos en nuestras calles, es una estampa habitual. Para que te hagas una idea, nuestra asociación cuenta con 600 socios. Además, precisamente nosotros velamos por mantener ese espíritu vivo. Es un poco nuestro encargo.

¿El Camino olvidado?
Es el más antiguo de todos. Cuando se descubrió la tumba del apóstol, los peregrinos no podían pasar por donde transita hoy el Camino porque la meseta era una zona desierta y peligrosa. Los cristianos se habían refugiado en las montañas, y los musulmanes controlaban del río Duero para abajo. Por ello, los peregrinos cambiaron de ruta y avanzaron por las montañas de Cistierna, Boñar, etc., repletas de castillos, y se incorporaban al Camino natural en Villafranca del Bierzo. En la actualidad, es un Camino mucho menos frecuentado, aunque cada vez son más los que lo recorren. Es precioso y está bien señalizado.

¿Cómo mantenéis ese espíritu? ¿Qué tipo de actividades desarrolláis?
La principal es la atención a los peregrinos. Les resolvemos todas sus dudas o, si hace falta, incluso los acompañamos a los albergues. Ahora, por ejemplo, estamos todo el día respondiendo preguntas sobre la situación sanitaria. Pero también organizamos anualmente unas jornadas jacobeas, conferencias relacionadas con el Camino, conciertos, un concurso fotográfico… y llevamos las estadísticas de pernoctaciones. Además, tenemos varias actividades en el propio Camino. Todos los años llegamos a Santiago por un trazado diferente, y organizamos anualmente dos acciones: Limpiando el Camino, en la que recorremos unos 20 kilómetros con sacos recogiendo la basura que nos vamos encontrando, y Sembrando el Camino. Nuestra zona es muy llana y en verano aprieta mucho el calor, así que hacemos plantaciones de árboles donados por la Diputación de León de acuerdo con los ayuntamientos de la zona.

¿Hay ganas de volver al Camino? Lo digo por lo de las continuas llamadas…
Es increíble la cantidad de gente que se pone en contacto con nosotros pidiendo información. Hay muchas ganas y muchas llamadas, principalmente de extranjeros. Los vecinos sobre todo nos llaman preguntando por los diferentes trazados.

Las restricciones de movilidad parece que acaban el 9 de mayo.
Sí, de hecho nosotros ya estamos haciendo planes para realizar un tramo del Camino entre mayo y junio. Yo creo que en estos meses, con el ritmo de vacunación que llevamos, se reactivará bastante. De todas maneras, pienso que el volumen de peregrinos de antes del coronavirus no se alcanzará hasta 2022. Lo bueno es que el Papa ha prorrogado el Año Santo hasta entonces.

¿Y a qué se dedica una Asociación de Amigos del Camino de Santiago cuando no hay peregrinos?
A atender esas llamadas de los peregrinos que te decía. Y luego nos hemos dedicado también a hacer gestiones más intensas con las instituciones, para que no reduzcan ni el presupuesto ni los medios que habitualmente destinan al Camino y que así no pierda su relevancia. Creo que lo estamos consiguiendo.