«Estamos llamados a ser promotores de paz, con palabras que se distingan de la narrativa del miedo» - Alfa y Omega

«Estamos llamados a ser promotores de paz, con palabras que se distingan de la narrativa del miedo»

Carlos González García
Foto: Archimadrid / José Luis Bonaño.

Este jueves, 8 de noviembre, el arzobispo de Madrid ha participado en una mesa sobre diálogo interreligioso en el marco del II Foro Mundial sobre Violencias Urbanas y Educación para la Convivencia y la Paz, que desde el lunes acoge Matadero. Acompañado por líderes sociales, religiosos y políticos que han abordado la misión que cumplen las religiones en la construcción de un mundo mejor, ha incidido en que «estamos llamados a ser promotores de paz, con palabras que se distingan de la narrativa del miedo».

Al inicio de su intervención, el cardenal Osoro ha leído unas palabras que el Papa Francisco ha dirigido a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y a todos los presentes, «con la esperanza de que esos días de diálogo e intercambio sean una ocasión propicia para impulsar la reconstrucción del conflicto social de nuestros pueblos y ciudades, tan fragmentado hoy por el egoísmo, las injusticias y la agresividad». Los ha animado, además, a tener en cuenta «a los miembros más frágiles, los marginados y descartados, para que puedan tener la oportunidad de sentirse en casa, en el seno de una comunidad que acoge, integra, sostiene y favorece el reconocimiento del otro en su propia riqueza y diversidad».

Tras leer esta carta enviada desde la Nunciatura, el purpurado ha manifestado la importancia de las religiones en la causa de la paz y de la convivencia. «El hecho religioso, en cuanto al sentido de la existencia humana, ancla a las personas en torno a creencias y valores que enriquecen la vida social y hacen más visible la vida en las ciudades». Por tanto, «debe dar capacidad de asombro ante el misterio de lo desconocido y experimenta la fascinación».

La religiones y sus líderes, ha proseguido, «estamos llamados a ser, utilizando las palabras del Papa Francisco, promotores de paz, anunciando y encarnando un estilo no violento, con palabras que se distingan de la narrativa del miedo». Así, mediante la comunión, el perdón y la projimidad, ha animado a todos a «salir a encontrarnos con los demás», a «vivir perdonando» y a «curar al herido». En este empeño, ha concluido, «estamos todas las religiones, gracias a Dios, en estos momentos».

Foto: José Luis Bonaño

«El único camino para educar en la paz es el amor»

La mesa había comenzado con el moderador, el periodista José Manuel Vidal, recordando precisamente que el Pontífice «es un enamorado del diálogo interreligioso y un persistente buscador de la paz en lo concreto, incluso en las situaciones más complicadas…», y él «suele decir que el diálogo entre creyentes de diferentes religiones es una condición necesaria para contribuir a la paz en el mundo».

Para poner rostro a este reto de construir juntos la paz han intervenido el uruguayo Carlos Palma, del proyecto educativo Living Peace, y Alicia Guidonet, responsable de diálogo interreligioso en la fundación Migra Studium, un centro social promovido por la Compañía de Jesús en Cataluña.

Palma, que ha vivido 30 años en Oriente Medio, ha explicado que Living Peace nació en 2011 en Egipto y ahora se está extendiendo por todo el mundo para educar a los niños y niñas en «la cultura de la paz», que nace del amor. «Mi primer día de docente, un niño me preguntó qué era la paz», ha contado el profesor, perteneciente al movimiento de los focolares. «Y me dijo: “¿Qué se hace un día cuando no hay tiroteos ni bombas?”», ha explicado ligeramente emocionado.

«Garantizar la libertad religiosa es favorecer la convivencia»

Atento a las explicaciones estaba el alcalde de Valencia, Joan Ribó, quien ha tomado el micrófono para explicar cómo abordan estos conflictos desde la administración local: «Nosotros pensamos que una de las causas fundamentales de la ausencia de paz es la ausencia de derechos con respecto al hecho religioso», ha reconocido. Y, por lo tanto, «garantizar la libertad religiosa es favorecer la convivencia y oponerse a todo elemento de intolerancia y de discriminación».

En este sentido, ha recalcado su apuesta «por una mirada laica» porque «en nuestra ciudad todas las personas tienen los mismos derechos que las demás», y «creemos que es necesario generar un espacio de gestión de la diversidad religiosa». «Que todas las personas, sean de la religión que sean, o no tengan ninguna religión, sepan que en el Ayuntamiento de Valencia están en igualdad de condiciones», ha aseverado.

Foto: José Luis Bonaño

«Las religiones con un camino hacia Dios»

El siguiente en hablar de paz en su lugar de destino ha sido el madrileño Agustín Rodríguez, párroco en Santo Domingo de la Calzada, ubicada en la Cañada Real. El sacerdote ha expuesto cómo las situaciones de inmigración le hicieron cambiar de perspectiva: «Desde mi propia identidad como cura en Madrid, me di cuenta de que Dios también migra», y que «Dios tampoco está sujeto a nada de lo que nosotros podamos hacer como realidad de inmediación». Y el Dios de la migración «había constituido patrona de mi propia vida a una persona con nombre musulmán, la Virgen de la Almudena».

«Desde mi experiencia –ha contado el sacerdote– las religiones con un camino hacia Dios». Un Dios que es grande, «porque nosotros somos muy pequeñitos». Y, al final, «he descubierto que hablar de Dios no es tan fácil», y «lo mejor sería aprender a hablar desde Dios para, de esta manera y desde la confesión religiosa de cada uno, salir encuentro con el otro».

«El diálogo es un método para la búsqueda de la verdad»

Tras el cura de la Cañada Real, el teólogo Juan José Tamayo ha realizado un recorrido por los fundamentalismos religiosos y el diálogo interreligioso como respuesta a los mismos. Tamayo ha reconocido que «el diálogo es un método para la búsqueda de la verdad y la resolución pacífica de los conflictos». La respuesta «es el diálogo», ha incidido, «y siempre la razón política, ética y filosófica es dialógica». Una concatenación de circunstancias que recurren, también, al diálogo «para la lucha contra la pobreza y las desigualdades».

«El diálogo libra de rencores y del fanatismo»

Riai Tatari, imán de la mezquita central de Madrid, ha comenzado su ponencia «en el nombre de Dios clemente y misericordioso», declamado en castellano y en árabe, porque «no se puede llegar a la clemencia y a la misericordia sin justicia y sin amor». El imán ha enfatizado la importancia del diálogo «de cooperación» para «trabajar juntos, defendiendo los derechos humanos».

El islam «quiere decir paz», y «solo busca esa palabra, no la paz en contra de la guerra sino la paz en todos los sentidos». Por ello es tan «importante y necesario» el diálogo interreligioso «para cumplir el deber divino y para cuidar las raíces comunes de la fe» y para «fomentar la cultura del encuentro». El diálogo, ha concluido, «libra de rencores, del fanatismo y de la ignorancia religiosa». Y «no hay una fe en el mundo que no tenga una raíz divina de un solo Dios».

Foto: José Luis Bonaño

«El fundamentalismo laico puede ser igual de peligroso»

También ha estado presente Andrey Kordochkin, arcipreste de la Iglesia ortodoxa rusa en España. El párroco de Santa María Magdalena ha destacado la importancia del discurso «cuando las predicciones religiosas están presentadas como animales que a veces son buenos y otras veces tienen que ser domesticados para el discurso que van a dar». Por eso, «el fundamentalismo laico puede ser tan peligroso como el fundamentalismo religioso».

Asimismo, ha destacado que «tenemos que entender si de verdad queremos llegar a la paz y a la convivencia» o «si vamos a provocar algo más tenso en la sociedad en la que vivimos».

«Ver en el prójimo el objeto de nuestro amor»

Acto seguido, monseñor Carlos López, obispo anglicano de la Iglesia española reformada episcopal, ha enumerado tres pasos para alcanzar la paz: «El primero de ellos consiste en conocerse, el segundo es educar en el valor de la paz y el tercero se resume en enseñar a amar a ejemplo de Dios». «Las iglesias y las religiones tienen que hacer un esfuerzo por educar en la paz y en la reconciliación, y por ver en el prójimo, en la persona que está a nuestro lado, sea de la religión que sea, el objeto de nuestro amor», ha aseverado.