Esta será la señal… ¡encontraréis un niño!
Oliver es un niño filipino que representa a san José en este belén viviente. Fue un niño en riesgo de calle. Su padre murió y su madre tiene otra familia. Las misioneras Servidoras del Evangelio hicieron un camino con él y pudo entrar a estudiar con las Sisters of Mary. Hace tiempo que no ve a sus hermanos pequeños, acogidos en un orfanato de las dominicas de San José.
Ha venido de vacaciones por Navidad y vamos a ir a ver a sus hermanos. Con estos testigos tan pequeños, pero que ya han vivido tanto, me siento con la necesidad de vivir dejando que las sorpresas de la vida nos devuelvan el corazón de niño que siempre espera lo mejor de la humanidad, quien con inocencia acoge y abraza cada encuentro, y con el deseo de que podamos disfrutar mirando con transparencia y ternura a todo ser humano.
Os deseamos desde Filipinas un nuevo año próspero en confianza, esperanza y amor. Que el Príncipe de la paz, Jesús, nos lo regale.