«Es necesario cuidarse de de la mentalidad que separa a los sacerdotes de los laicos» - Alfa y Omega

«Es necesario cuidarse de de la mentalidad que separa a los sacerdotes de los laicos»

El Papa afirma en su mensaje para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que todos en la Iglesia están llamados a participar de la misión de Cristo

Fran Otero
El Papa Francisco, durante una audiencia general. Foto: CNS / Paul Haring.

El Vaticano ha publicado este jueves el mensaje del Papa para la 59 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que se celebra este domingo y que Francisco aprovecha para enviar un mensaje claro. «Toda la Iglesia es evangelizadora». Y eso aplica, escribe, a laicos y pastores.

«Es necesario cuidarse de la mentalidad que separa a los sacerdotes de los laicos, considerando protagonistas a los primeros y ejecutores a los segundos, y llevar adelante la misión cristiana como único pueblo de Dios, junto», afirma.

También dice que la vocación no debe entenderse «en un sentido restrictivo», esto es, «refiriéndola solo a aquellos que siguen al Señor en el camino de una consagración particular». «Todos estamos llamados a participar en la misión de Cristo de reunir a la humanidad dispersa y reconciliarla con Dios», añade.

En esta tarea, continúa el Pontífice, es primordial «ser custodios unos de otros, construir lazos de concordia e intercambio y cuidar las heridas de la creación para que su belleza no sea destruida». Lo que plantea es, en definitiva, formar «una única familia en la maravillosa casa común de la creación».

Además, subraya la necesidad de escuchar la Palabra de Dios, pues «libera del egocentrismo, purifica, ilumina y recrea». «Pongámonos entonces a la escucha de la Palabra, para abrirnos a la vocación que Dios nos confía. Y aprendamos a escuchar también a los hermanos y a las hermanas en la fe, porque en sus consejos y en su ejemplo puede esconderse la iniciativa de Dios, que nos indica caminos siempre nuevos para recorrer», apunta.

Acoger a todos

En el fondo, señala Francisco, la objetivo es acoger a todas las personas con las que vivimos y que encontramos y que «puedan sentirse acogidas y descubrir que hay Alguien que las mira con amor y las invita a desarrollar sus potencialidades».

«En general, toda vocación y ministerio en la Iglesia nos llama a mirar a los demás y al mundo con los ojos de Dios, para servir al bien y difundir el amor, con las obras y las palabras», recalca.

Finalmente, insiste en la necesidad de caminar juntos en la Iglesia, de ser cada vez más sinodal, de «caminar unida en la armonía de las diversidades, en la que todos tienen algo que aportar y pueden participar activamente».