«Es importante que las familias juguemos juntas» - Alfa y Omega

«Es importante que las familias juguemos juntas»

Vicente Miguel quería ayudar a su hija de 13 años a que se acercara a la Iglesia y creó el juego Disciple, que ofrece diversión y formación religiosa

José Calderero de Aldecoa
Vicente Miguel, a la izquierda, jugando con algunos de sus sobrinos. Foto cedida por Vicente Miguel Montagud

Vicente Miguel es publicista y en el pasado trabajó en el lanzamiento de juegos como Scattergories, Trivial, Pictionary, Risk o Monopoly. También es padre y hubo un tiempo en el que estaba preocupado por su hija de 13 años. «No sabía cómo acercarla a la Iglesia sin obligarla». Además, se sentía un tanto desesperado. «Tengo 54 años, he sufrido mucho en la vida —lo perdió todo, incluida la fe, después de que a su empresa le fuera muy mal, aunque luego se reencontró con Dios gracias a una amiga— y no me ha servido para nada». Pero un día estaba tratando de vender un desfibrilador (un aparato que sirve para poner en marcha de nuevo el corazón cuando se para) al Arzobispado de Valencia. En la conversación telefónica, «de pronto, me vino la idea de realizar un juego muy tecnológico con preguntas para niños y adultos», asegura. Ocho días después nació Disciple, que incluye ilustraciones, imágenes en 3D, realidad aumentada, un karaoke, una aplicación móvil y hasta 2.500 preguntas. El objetivo es «difundir la educación y la cultura cristiana a la vez que se juega, y ayudar a los participantes a tener una vida más espiritual», asegura su creador.

Disciple es además una herramienta para jugar juntos en familia, algo que el publicista considera como «muy importante». «Hay que dedicarse tiempo. Es un bien, aunque hoy en día no todo el mundo lo ve así y muchos no le dan la importancia que realmente tiene», asegura. Por último, subraya que «cuando los padres y los hijos juegan juntos todos aprenden de una forma más divertida».

Con este mismo propósito, Alfa y Omega organizó un concurso para regalar cuatro juegos Disciple y así ayudar a cuatro familias distintas a pasarlo bien a la vez que aprenden. Sergio, Sonia, Fernando y Paula son los ganadores.

Ganadores del concurso Disciple:

1.- Sergio Cobos

A Sergio le llegó el juego en un momento muy especial, «justo el día de mi 43 cumpleaños y en el séptimo aniversario de mi trasplante de riñón», cuenta. Ya lo ha utilizado junto a su mujer y sus siete hijos, y «como es tan completo, pues ha habido desde risas hasta llantos», asegura. Habitualmente juegan todos juntos, pero «hay días que ni mi mujer ni yo podemos, y los niños se han puesto solos». Como padres «estamos encantados, porque no es fácil encontrar un entretenimiento que combine formación y diversión».

2.- Sonia Aparicio

Sonia Aparicio es profesora de Religión en un colegio público y también catequista de infancia de la parroquia. Participó en el concurso para poder utilizar el juego en clase y en la catequesis, «pero como ahora por la COVID-19 no se puede compartir material y yo tengo que estar a dos metros de distancia, no ha sido posible». Sin embargo, sí lo ha podido utilizar con sus dos hijos, de 16 y 12 años. «Lo hemos pasado muy bien; a ellos les motivaba mucho que fuera un tema tecnológico y a mí el tema de la transmisión de valores».

3.- Fernando Martín

Fernando Martín también es profesor de Religión. «Soy agustino recoleto y doy clase a los chicos de Primaria». Participó en el concurso porque lleva tiempo utilizando distintos juegos para sus clases. «No se trata de jugar por jugar, sino que los chicos estén motivados. Hay varios estudios que dicen que de esta forma aprenden y recuerdan mejor los contenidos». Disciple también le parece interesante para las familias, «sobre todo para que se familiaricen con el vocabulario religioso».

4.- Laura y Paula Gutiérrez

Laura y Paula Gutiérrez participaron en las cuatro semanas que duró el concurso hasta que, por fin, resultaron ganadoras. Tenían tanto interés porque «queremos jugar en familia». «Somos cuatro: mis padres, mi hermano y yo, y ya no vivimos juntos». Con el coronavirus «no nos podemos ver tanto como nos gustaría y estamos deseando poder juntarnos para así poder jugar». Además, «también quiero compartirlo con las hijas de mis amigas, que pronto van a hacer la Primera Comunión y que creo que les va a interesar».