«Eres valioso a los ojos de Dios», el mensaje del Papa a cada niño de cara a la Jornada Mundial de mayo - Alfa y Omega

«Eres valioso a los ojos de Dios», el mensaje del Papa a cada niño de cara a la Jornada Mundial de mayo

Francisco denuncia que «hoy se les roba la infancia cruelmente» a los menores en las guerras

Redacción
Niños durante su Primera Comunión
Niños durante su Primera Comunión. Foto: OSV News photo / Bob Roller.

«Se acerca vuestra primera Jornada Mundial, que será en Roma los días 25 y 26 del próximo mes de mayo», ha dicho el Papa en la mañana del 2 de marzo a todos los niños del mundo. Preparándose para la cita, les ha enviado un mensaje «a cada uno de vosotros personalmente». En él, citando al profeta Isaías, les recuerda que «eres valioso a los ojos de Dios».

El Papa recuerda a todos los niños que son «la alegría de sus padres y de sus familias», pero también «la alegría de la humanidad y de la Iglesia, donde cada uno es como un eslabón de una larguísima cadena». Por eso les aconseja escuchar «siempre con atención los relatos de los mayores: de sus mamás y de sus papás, de sus abuelos y de sus bisabuelos». Es uno de los valores en los que Francisco ha insistido más durante su pontificado: el diálogo intergeneracional.

El Santo Padre les pide además tener especialmente presentes a los niños del mundo que «aun siendo tan pequeños, ya están luchando contra enfermedades y dificultades, en el hospital o en su casa». Enumera a «quienes son víctimas de la guerra y de la violencia, a quienes sufren el hambre y la sed, a quienes viven en la calle» y «a quienes se ven obligados a ser soldados o a huir como refugiados». Denuncia que «hoy se les roba la infancia cruelmente» e invita a escucharlos «porque con su sufrimiento, con los ojos purificados por las lágrimas y con el constante deseo de bien», apunta, «nos hablan de la realidad».

Francisco recuerda a los niños que «no podemos llegar a ser felices en solitario, porque la felicidad crece en la medida en que se comparte». Y les advierte de que, «cuando aquello que hemos recibido lo guardamos solo para nosotros», en realidad «nos olvidamos de que el don más grande somos nosotros mismos, los unos para los otros». «Nosotros somos el regalo de Dios», recalca.

También les encarga, «para ser realmente felices», «rezar mucho todos los días». Según sus palabras, «la oración nos conecta directamente con Dios, nos llena el corazón de luz y de calor y nos ayuda a hacer todo con confianza y serenidad». Se despide de ellos pidiéndoles que recen todas las mañanas y noches el padrenuestro con sus familias, «pero no como una fórmula sino pensando en las palabras que Jesús nos ha enseñado». Especialmente «quienes se están preparando para recibir la Primera Comunión».