Enrique Arroyo, nuevo responsable de Comunión y Liberación en España  - Alfa y Omega

Enrique Arroyo, nuevo responsable de Comunión y Liberación en España 

«Renuevo mi disponibilidad a lo que el Señor quiera», ha escrito en una carta a los miembros del movimiento en nuestro país

Redacción
El nuevo presidente de Comunión y Liberación en España, Enrique Arroyo
El nuevo presidente de Comunión y Liberación en España, Enrique Arroyo. Foto: Jesús Pindado.

El pasado 18 de junio, la Diaconía central de la Fraternidad de Comunión y Liberación designó a Enrique Arroyo como nuevo responsable de este movimiento eclesial en España, tras la muerte de Jesús Carrascosa el pasado 9 de enero.

Arroyo es licenciado en Filosofía y se dedica a la enseñanza desde 1987. Actualmente es responsable pedagógico del colegio J. H. Newman de Madrid y pertenece a la asociación laical Memores Domini, cuyos miembros —dentro de la experiencia del movimiento de Comunión y Liberación— viven según los consejos evangélicos dentro del mundo del trabajo.

Con motivo de su elección, el nuevo presidente de Comunión y Liberación en España ha enviado una carta a todo el movimiento en España en la que afirma tener presente «lo que hemos podido ver estando con Carrascosa: la disponibilidad permanente a la iniciativa de Cristo en su vida y la conmoción por la fuerza y la belleza que de ahí nacían». También ha recordado que, poco antes de morir, al comentar con su predecesor «la belleza de estar juntos participando de esta comunión» dentro del movimiento, «él me dijo ya con un hilo voz: “Juntos, en Cristo”».

Por este motivo, «pese a la resistencia que pueda nacer al mirar mis evidentes limitaciones, renuevo mi disponibilidad a lo que el Señor quiera hacer a través de esta propuesta», ha escrito en relación a su nombramiento. Y ha aludido a la reciente apertura de la fase testimonial de la causa de beatificación de Luigi Giussani, «que nos hace más conscientes a todos de la gracia que tenemos de vivir cada día dentro de esta gran compañía vocacional en la que Cristo acompaña nuestra vida».

Por todo ello, se ha dirigido a todos los miembros del movimiento en España «para que me acompañéis en esta tarea y perdonéis las muchas limitaciones personales y errores que puedan ser obstáculo en nuestro camino común. Nada nos puede separar del amor de Cristo. Estoy a vuestra disposición. No dejéis de rezar por mí y por el movimiento».