De un tiempo a esta parte los compositores de bandas sonoras cinematográficas, otrora desconocidos del gran público, se han convertido en personajes populares cuyas composiciones para películas llenan actualmente los auditorios y salas de conciertos. John Williams, Nino Rota, James Horner… son ahora nombres conocidos y sus trabajos cada vez más valorados. Pero de todos ellos hay uno cuya luz brilla especialmente: el romano Ennio Morricone (1928-2020), que firmó más de 500 bandas sonoras, algunas tan famosas como las de El bueno, el feo y el malo (S. Leone, 1966), Érase una vez América (S. Leone, 1984), La misión (R. Joffé, 1986) o Cinema Paradiso (G. Tornatore, 1988).
Dos años después de su fallecimiento ha llegado a nuestras pantallas una película de Giuseppe Tornatore sobre el maestro que firmó la partitura de su mejor filme, Cinema Paradiso. Este maravilloso documental es un deleite para los cinéfilos, los melómanos y en general para cualquier persona con curiosidad y buen gusto. La estructura de la película sigue la cronología biográfica de Morricone, partiendo de su padre, Mario, un trompetista que se empeñó en que su hijo fuera músico, aunque este deseaba ser médico. Tornatore va desgranando el recorrido profesional de Ennio; sus estudios en el conservatorio; su seguimiento del maestro Goffredo Petrassi; sus trabajos de arreglista para canciones para televisión, y sus comienzos en el spaghetti western. Cuando Morricone llega al mundo de las bandas sonoras tiene mala conciencia. Cree que está traicionando su carrera de músico, de compositor culto y de vanguardia. Pero poco a poco se va dando cuenta de que no es así, de que todo su saber, talento y creatividad artística se ponen en juego igualmente cuando compone una banda sonora.
En el documental es el propio Morricone el que va relatando y comentando críticamente su biografía. Y lo hace no solo en un plano humano, sino haciéndonos comprender su evolución desde el punto de vista musicológico, brindándonos una auténtica lección de música y armonía, explicando, por ejemplo, su concepción del contrapunto, sus aventuras con la llamada «música concreta» y su reelaboración de J. S. Bach. Pero a las entrevistas a Morricone y a la innumerable selección de escenas antológicas de películas se añaden, cómo no, los impagables testimonios de cineastas, músicos y amigos, como Bernardo Bertolucci, Tornatore, Roland Joffé, los hijos de Sergio Leone, John Williams, Won Kar Wai… Y, atravesando todo el documental, el testimonio humano de un Morricone sereno, cristiano, tímido, humilde, casado y fiel de por vida a su consejera y esposa, María, y buen padre de familia. Y romano hasta la médula, a pesar de haber trabajado en medio mundo.
Ennio: el maestro es una película que entretiene en primer lugar, es un regalo a la vista y al oído en segundo, y es un obsequio para cualquier razón deseosa de saber, comprender y aprender cosas nuevas. La película es larga, dura más de dos horas, pero… sabe a poco.
Giuseppe Tornatore
Italia
2021
Documental
Pendiente de calificación