Engañada y prostituida con 15 hombres al día
El Departamento de Trata de Personas de la Conferencia Episcopal elabora unidades didácticas para acercar la trata a los jóvenes creyentes
Maisha ha partido un palo en 15 trocitos que se pasa de un bolsillo a otro cada vez que tiene que entregar su cuerpo a un hombre desconocido. Así sabe cuántos le quedan por soportar, pues 15 son los que tiene que atender cada día para pagar la deuda que la trajo engañada a España desde Kenia. 20 euros por cada servicio de 20 minutos. 300 euros al día. Cada noche, de vuelta al piso donde vive hacinada con otras mujeres, llora al hacer las cuentas de lo que le falta por devolver. Venía a trabajar en la hostelería y a estudiar para convertirse en maestra.
Ella y Alika, una nigeriana de 20 años en la misma situación, son las protagonistas de las unidades didácticas que el Departamento de Trata de Personas de la Conferencia Episcopal Española (CEE) acaba de publicar para acercar este drama a los jóvenes creyentes desde los 13 años. No existen; son personajes ficticios, pero la historia es real. Recoge la de mujeres con nombres y apellidos que han pasado por los recursos que la Iglesia tiene para ellas. De ello dan fe María Francisca Sánchez Vara, directora de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana, y Ana Almarza, religiosa adoratriz que vive con víctimas desde hace más de 20 años, que han escrito los textos.
Junto al drama de las víctimas, los materiales incorporan el testimonio de dos jóvenes que viven en España y que han podido ver la trata de cerca en un viaje a Vietnam. Su experiencia también es real, pues reproduce la de una voluntaria que participa en un proyecto de acompañamiento para mujeres víctimas de trata.
Sobre los relatos y el viaje de cada una de estas mujeres se asientan las numerosas actividades, en las que tienen un peso importante la Biblia y la oración. De hecho, todas las sesiones –mínimo cinco de 50 minutos– deben dedicar tiempo a un texto bíblico. «No negamos lo que somos y lo hacemos desde ahí. Además, en la Biblia encontramos historias como la de José, que fue vendido, explotado y liberado. Por ejemplo, el Éxodo es una historia de liberación», explica en conversación con Alfa y Omega María Francisca Sánchez Vara.
Además, la propuesta busca que sean los propios jóvenes los que se impliquen en la búsqueda de noticias y en la investigación. Así, tendrán que analizar, por ejemplo, los países de procedencia de las víctimas y su situación socioeconómica o la realidad de los de destino. También se les animará a conocer el trabajo que está haciendo la Iglesia en este campo.
Con todo, uno de los grandes objetivos es que se asuman compromisos personales concretos a lo largo de todo el proceso o un compromiso final. Puede pasar por implicarse directamente en una de las organizaciones que ayuda a las mujeres o colaborar en la sensibilización.
«Cualquiera que se acerque a esta realidad, creyente o no, se conmueve y se indigna. El problema es que no se conoce lo suficiente, porque pensamos que no va con nosotros. Todavía creemos que cuando una mujer se prostituye lo hace porque quiere, y no es así. Es una realidad que está a la vuelta de la esquina de nuestros barrios. Cuando uno ve rostros, toma conciencia», concluye Sánchez Vara.