En un único portal, todas las noticias del Vaticano
Los medios de la Santa Sede ya nunca serán lo mismo. Ni la Radio Vaticana, ni el diario L’Osservatore Romano. Tampoco el Centro Televisivo, el Servicio Fotográfico y la Sala de Prensa. Gracias al impulso renovador de Francisco, pronto confluirán en un nuevo corporativo multimedia. En un único portal de internet podrán leerse, verse y escucharse todas las noticias del Papa. Y la gestión de los recursos se regirá por un sistema inspirado en el modelo Disney
En junio de 2015 con un motu proprio (decreto), el Papa creó la Secretaría de Comunicación del Vaticano. En tiempos de convergencia e interactividad, ese organismo abordará una cuestión pendiente: tomará el control de todas las estructuras dedicadas a difundir el mensaje del pontífice por el mundo. En entrevista con Alfa y Omega, el flamante prefecto de esa oficina, Dario Edoardo Viganò, explica los pasos de una reforma no exenta de insidias.
¿En qué punto se encuentra la reforma a la comunicación del Vaticano?
Estamos en buen punto. Establecimos que, a los seis meses del nacimiento de la Secretaría, íbamos a incorporar la Sala de Prensa, el Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales y el Servicio de Internet. Ya lo hemos hecho. Además estamos muy avanzados en el diseño de un portal que tendrá en cuenta el aspecto multilingüístico y multicultural de la Radio Vaticana, del Centro Televisivo Vaticano y de L’Osservatore Romano. Será un portal unitario que verá la luz antes de fin de año. Toda la parte periodística y tecnológica pasará el 1 de enero de 2017 a la Secretaría para la Comunicación. Al año siguiente asumiremos el diario, la Tipografía Vaticana y el Servicio Fotográfico.
¿Este portal sustituirá a las páginas de cada uno de estos medios?
Permanecerá vatican.va porque es el portal oficial del Vaticano. Los del Centro Televisivo y la Radio Vaticana serán cerrados. No serán destruidos pero toda su producción, junto a parte de L’Osservatore, confluirán en este portal. También news.va cerrará, porque es un concentrador. Habrá un solo portal, que todavía no tiene título, con todos los idiomas que actualmente tiene la radio. Allí habrá videonoticias, compactos radiofónicos y texto. No existirán más los periodistas de la Radio, del diario, del Centro Televisivo… Habrá un soporte de contenido y de él dependerán los redactores de la Secretaría.
Quienes actualmente trabajan en cada uno de los medios, ¿seguirán siendo coordinados por esos medios o habrá una gran redacción?
La radio, con su transmisión por frecuencia modulada, continuará existiendo. Tendrá sus periodistas. Luego habrá canales de salida: radiofónica, escrita y televisiva, pero los periodistas que estarán dentro de esta gran redacción serán los mismos. ¿Cuánto tiempo se necesitará para que este nuevo sistema asuma un ritmo? Depende de las personas, no solo de un proyecto de reforma.
¿Físicamente trabajarán en el mismo espacio?
Lo que llamamos Radio Vaticano en realidad ya no es una radio. El 80 % de su contenido está desarrollado para sitios web lingüísticos. El Palacio Pío donde actualmente funciona la radio se convertirá en el Palacio de las Comunicaciones. Allí funcionará la sección 105 [la frecuencia de la Radio Vaticano, N. d. R.] la producción de los compactos de audio y recibirá la redacción del Centro Televisivo Vaticano, especialmente para el montaje de las vídeonoticias. Como no hay espacio para todos, los colaboradores de L’Osservatore permanecerán fuera pero podrán acceder a un sistema conectados vía fibra óptica.
Entonces, los actuales directores de la secciones no existirán más. ¿Serán reorganizados?
La cuestión principal no puede ser la preocupación por mantener puestos. Cuando uno es profesional, se le reconoce y no tiene necesidad de defender ningún cargo. ¿Cómo será el nuevo organigrama? Todavía esto no está definido porque es demasiado pronto. Ciertamente no se puede imaginar que alguien pierda derechos adquiridos, así como no se puede pensar que no se cumplan los propios deberes. Esto es claro. Nosotros estamos en una situación, también de contexto mundial, en el cual el trabajo es una gracia por la cual agradecer a Dios. Por eso no se puede tener, ni siquiera lejanamente, el pensamiento de no desarrollar, con la máxima profesionalidad y con la máxima dedicación, el propio servicio. No sé cuántos directores habrá. A veces es mejor tener un gran ejército y pocos comandantes.
¿Qué calendario manejan?
El 31 de diciembre de 2018 la reforma debe estar concluida. Mejoras y cambios se podrán aportar, eso es claro.
Se han levantado algunas críticas porque el modelo de la reforma se basa en el sistema de gestión de la Disney. ¿Por qué?
Se necesita ser serio en la vida y no superficial. Mi objetivo no es hacer películas como la Walt Disney. Existen varios modelos empresariales y este es uno de los mejores según varios manuales, después de haber consultado universidades de todo el mundo. Disney es quizás la mayor empresa de producción cultural en el mundo. Reírse de ella es no comprender lo que está ocurriendo en el mundo. Nosotros no hacemos películas de fantasía, transmitimos el mensaje del Santo Padre y los contenidos de la Iglesia.
¿Cómo funcionará el modelo para la Santa Sede?
Habrá una dirección editorial, un grupo que incluya a los responsables de la producción de las noticias, pero también de los canales de salida, incluida la radio y el periódico impreso. Ahí se armará la estrategia y luego cada quien deberá aplicarla en sus diversos formatos. Además se desarrollará un Vaticloud, un canal para compartir información con los nuncios y los episcopados del mundo.
¿Cómo será la relación con los medios de comunicación en general?
De esto se ocupará la Sala de Prensa y la dirección de comunicación institucional. Estamos pensando en ampliar las áreas de trabajo, con expertos en comunicación económico-financiera y en gestión de crisis. La idea es que exista una comunicación decididamente más proactiva.
¿Es posible cambiar la idea impuesta de que Vaticano es noticia solo cuando afronta escándalos?
Eso está en la forma de construir la noticia de los grandes medios. Ellos siempre buscan enfatizar el rumor porque esto crea comunidades de unos contra otros. Eso no quiere decir que no se deba hablar de los escándalos, ni que haya que censurar, pero pienso que se puede hablar de los problemas de manera no escandalizadora. A veces se crean escándalos de problemas inexistentes.
¿Es difícil seguir el paso de un Papa tan expuesto, comunicacionalmente hablando?
No, no es difícil. Siempre y cuando uno no entra en la lógica de seguir todas las exigencias de los medios y periodistas de turno. Estas continuas opiniones no son la cuestión fundamental. Lo importante es la relación del Papa con las personas. Él nos enseña que en el mundo hay una sola cosa que vale la pena: cultivar el vínculo con Dios. Todo lo demás es relativo.