«En Mongolia estamos viviendo un frío muy fuerte e inusual» - Alfa y Omega

«En Mongolia estamos viviendo un frío muy fuerte e inusual»

El país asiático registra el peor temporal de nieve desde 1975, una emergencia que está provocando la muerte del ganado junto con «sequías graves e inundaciones repentinas», cuenta la misionera Esperanza Becerra

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Pastores recibiendo sacos de carbón en medio de condiciones climáticas extremadamente frías en Bayanmunkh, Mongolia
Pastores recibiendo sacos de carbón en medio de condiciones climáticas extremadamente frías en Bayanmunkh, Mongolia. Foto: AFP / Byambasuren Byamba-Ochir.

«También yo estoy cerca de la población de Mongolia, golpeada por una ola de frío intenso que está causando graves consecuencias humanitarias», afirmó el Papa Francisco el domingo pasado durante el ángelus. «Este fenómeno extremo es un signo del cambio climático y de sus efectos», dijo el Santo Padre, que hizo un llamamiento a no olvidar que «la crisis climática es un problema social global, que afecta profundamente a la vida de muchos hermanos y hermanas, especialmente a los más vulnerables».

Las palabras del Papa las confirma Esperanza Becerra, misionera de la Consolata destinada en el país asiático. La colaboradora de Alfa y Omega señala que «estamos rezando para que todo este desastre pase y deje de causar tanto sufrimiento». Desde el terreno, observa que el país se enfrenta a «un frío muy fuerte e inusual», que está provocando «sequías graves y también inundaciones repentinas», en una situación que define como «muy difícil».

Mongolia, que fue visitada por el Pontífice en septiembre de 2023, está viviendo estos días las mayores nevadas registradas desde 1975, con temperaturas de hasta –46º C, que ya han provocado la pérdida de más de 660.000 cabezas de ganado.

«Los pastores están luchando por conservar sus rebaños como pueden», asegura Becerra desde el terreno, al mismo tiempo que destaca la labor del Gobierno, las grandes compañías internacionales, la Iglesia, Caritas y la Cruz Roja, «todos volcados con los afectados y organizando campañas para evacuar viviendas y limpiar carreteras y pasos de montaña». Junto a ello, instituciones y ONG «están ayudando a los pastores y a la gente sencilla del campo, ofreciéndoles forraje para el ganado, combustible y alimentos».

La misionera recuerda unas condiciones climáticas muy duras también en el invierno de 2009, «pero esta racha es peor, aunque se cree que el número de muertes de animales será menor porque están llegando ayudas rápidas e inmediatas». En esta línea, la emergencia está sirviendo también «para que la gente muestre su solidaridad, ya que son muchos los que están trabajando juntos para conseguir el bien de todos».