Leopoldo López, padre del opositor del mismo nombre encarcelado en Venezuela, tiene una meta: «Que los venezolanos» que han salido del país «nos unamos para ayudar a los que están allí». López Gil lleva un año fuera de Venezuela. Formaba parte del consejo editorial del periódico El Nacional, que en abril de 2015 difundió una información de ABC que vinculaba al expresidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, con el narcotráfico. Cabello lo demandó a él –que estaba en EE. UU.– y a otros 20 directivos de medios, y si vuelve a su país se expone a ser detenido. El Gobierno español le concedió la nacionalidad en diciembre, y a su hija, este 20 de mayo.
En Venezuela –asegura– hay escasez de comida «y de justicia». En 2015 hubo 28.000 muertes violentas y, según el FMI, la inflación este año llegará al 700 %. Pero a López Gil, hijo y nieto de médicos, le preocupa especialmente el desabastecimiento sanitario. No hay medicinas, «ni reactivos para los análisis, ni diálisis, ni instrumental».
En España está implicado en la campaña Una medicina para Venezuela, que desde agosto ha enviado 1.200 kilos de ayuda al país y este domingo reunió a cientos de personas en una manifestación en Madrid. El 7 de junio, esta iniciativa de la Asociación Civil de Venezolanos en España multiplicará sus esfuerzos con una recogida de medicinas durante todo el día en la Puerta del Sol de Madrid. Lilian Tintori, mujer de López –hijo–, visitará España con este motivo. Ella lleva tiempo trabajando para conseguir medicinas y distribuirlas a través de Cáritas, pero las restricciones del chavismo a esta entidad les ha hecho buscar otras vías.
Preocupación en el Vaticano
El padre de Leopoldo López también se ha propuesto difundir la situación de su país en el Vaticano. Durante su última visita, el 4 de mayo, como en otras ocasiones, fue recibido por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y exnuncio en Venezuela, y le habló del drama humanitario y de las condiciones de vida de los presos políticos. Le contó, por ejemplo, que hay tres jóvenes manifestantes detenidos desde hace un año, sin juicio, en una celda subterránea, «sin ver la luz del sol. El cardenal tomó nota de todo».
La familia de Leopoldo López también ha sentido la cercanía de la Iglesia en la persona de monseñor Diego Padrón, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana. «Se ha reunido varias veces con mi familia para transmitirnos su cariño». A finales de abril, el obispo acompañó al opositor Henrique Capriles en un intento fallido de visitar a Leopoldo en la cárcel «para mostrarle su solidaridad y recoger su firma» en la iniciativa popular que pide un referéndum para revocar a Maduro.
Visita vaticana cancelada
Esta semana iba a visitar Venezuela monseñor Paul Richard Gallagher, secretario pontificio para las Relaciones con los Estados. La visita había generado mucha expectativa por el impulso que podía suponer para el diálogo, pero se anuló la semana pasada, según la Iglesia del país, «por motivos que no dependen de la Santa Sede».