En Gaza «no hay una guerra sino una aniquilación»
En un duro comunicado, Caritas Internationalis exhorta a «todas las personas de fe y conciencia para que alcen la voz, presionen a sus gobiernos y exijan justicia»
Con la contundencia que requiere la trágica situación en Gaza, Caritas Internationalis ha emitido esta semana una declaración donde se une a la petición de poner fin a la violencia en la Franja de Gaza. Además, destaca que, aunque la ONU declarara oficialmente la hambruna en la zona el pasado 22 de agosto, para entonces casi 300 personas ya habían muerto de hambre, incluyendo un centenar de niños. Por eso, la entidad católica recuerda que «los habitantes de Gaza llevan mucho tiempo sufriendo un descenso deliberado hacia la inanición».
En el comunicado destacan que esta situación «no es un trágico accidente, sino que es el resultado de decisiones calculadas» donde, además, «la población ha sido despojada de refugio, sustento y seguridad, y abandonada a su suerte ante los ojos del mundo».
Todo ello, aseguran, con la «complicidad de las naciones poderosas», ya que estrategias como bloquear la ayuda humanitaria en la frontera, bombardear convoyes de alimentos, destruir las infraestructuras o negar las necesidades básicas «han contribuido a una maquinaria de aniquilación, no de guerra».
Caritas Internationalis afirma ser «testigo de este horror», en el que a «civiles, en su mayoría niños y mujeres, se les mata de hambre, y son bombardeados y exterminados». Asimismo, la entidad ve en Gaza «un ataque deliberado contra la dignidad humana y el colapso del orden moral, un fracaso del liderazgo, de la responsabilidad y de la propia humanidad».
En este sentido, «y a la luz del Espíritu que nos guía», exhorta a «todas las personas de fe y conciencia para que alcen la voz, presionen a sus gobiernos y exijan justicia». Concretamente reclaman un alto al fuego inmediato e inminente, el acceso a la ayuda humanitaria sin restricciones, la liberación de todos los rehenes, el despliegue de las fuerzas de paz de la ONU para proteger a la población civil, así como la rendición de cuentas «de todos los autores y cómplices ante los tribunales nacionales e internacionales».
Esta petición se une a las ya hechas por el Santo Padre, quien en la audiencia general de este miércoles pidió el fin de la violencia en Tierra Santa y también hizo un llamamiento a las partes implicadas y a la comunidad internacional «para que termine el conflicto que tanto terror, destrucción y muerte causa». Asimismo, recientemente las Iglesias greco-ortodoxa y latina de Jerusalén emitieron una declaración conjunta con el mismo propósito, y aseguraron que, a pesar de las amenazas de Israel con tomar la ciudad, «el clero y las monjas han decidido quedarse y continuar cuidando de niños, mujeres y ancianos».