En este camino como Iglesia en proceso sinodal seguimos aportando sugerencias y buenas prácticas en el itinerario que avanza. La puerta —el correo de la secretaría— está siempre abierta y en cualquier momento se recoge todo lo que llega, porque es incesante el envío de aportaciones, de personas y comunidades que se sienten invitadas a presentar todo aquello que mejore nuestro ser y estar hoy en la Iglesia. También a nivel nacional e internacional se están celebrando acontecimientos que nos siguen impulsando en el proceso sinodal.
Precisamente del 28 de abril al 2 de mayo ha tenido lugar en Roma un encuentro donde más de 200 párrocos de diversos continentes se han dado cita para hablar de sinodalidad. Ha sido un encuentro de escucha, oración y discernimiento promovido por la Secretaría General del Sínodo y el Dicasterio para el Clero, junto con el Dicasterio para la Evangelización y el Dicasterio para las Iglesias Orientales. La iniciativa responde también a las indicaciones de los participantes en la Primera Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que sugerían una mayor escucha de la voz de los párrocos. Al final de los trabajos han tenido un encuentro con el Papa, quien les ha entregado una carta donde reconoce y agradece su labor y les anima a seguir con estas palabras: «Nunca llegaremos a ser Iglesia sinodal misionera si las comunidades parroquiales no hacen de la participación de todos los bautizados, en la única misión de anunciar el Evangelio, el rasgo característico de sus vidas. Si las parroquias no son sinodales y misioneras, tampoco lo será la Iglesia».
Pasos importantes que abarcan diversos campos de la Iglesia en este camino sinodal que nos comprometen como miembros activos y corresponsables en la misma. Como personas adultas en la fe, con la dignidad común del Bautismo. Ocasión de renovar nuestra pertenencia a una Iglesia que desea ser sinodal en su ser y en su hacer, para ser coherentes con participación activa y ofrecer nuestra mejor versión.