Empresarios católicos advierten: «la subcontratación en cadena hace mucho daño»

«En Acción Social Empresarial (ASE) defendemos la implementación de la doctrina social de la Iglesia entre directores, empresarios y profesionales», nos explica su presidente, Juan Antonio Perteguer, a falta de tres días del Jubileo del Mundo del Trabajo que se celebrará en Roma el próximo 8 de noviembre. Originalmente pensado para el primero de mayo —Día Internacional del Trabajo—, el luto por la muerte del Papa Francisco obligó a cancelar los actos principales de este evento y fue pospuesto a esta nueva fecha.

Contra las muertes en el trabajo

El presidente de ASE reivindica la centralidad del trabajador en los procesos productivos y asegura que «no es un elemento más del mundo empresarial sino el fundamental». Por lo tanto, «no es equiparable en absoluto con el capital o las máquinas». «Está a otro nivel», sentencia.

Es por ello que, ante al aumento de la siniestralidad laboral en España, donde desde comienzos de 2025 hasta agosto fallecieron 103 personas en su puesto frente a las 82 de 2024 o las 70 de 2023, Juan Antonio Perteguer extiende esta «dignidad del trabajador» también a «los medios de protección y directivas que garanticen su integridad física y moral». Añade como uno de los elementos clave para prevenir los accidentes laborales «la formación» que, como recalca, «está en la base de la doctrina social de la Iglesia».

Los trabajadores deben ser protagonistas

Juan Antonio Perteguer destaca también la importancia de la «subsidiariedad»; es decir, que los propios empleados también «puedan desarrollar medidas». «Va ligada al principio de participación. El trabajador es el que mejor puede ayudarse a cuidar de sí mismo». No obstante, para que esta proceso suceda realmente, es absolutamente imprescindible «que tenga la voz y la libertad para solicitar, pedir y sugerir qué medidas pueden hacer falta».

Igualmente, el presidente de Acción Social Empresarial destaca que «hay una cultura en la doctrina social de la Iglesia que es la del cuidado». Y sentencia que «lo realmente importante no es la rentabilidad económica —aunque tiene que haberla para que sea sostenible— sino las personas y el cuidado de todo el personal implicado».

También se muestra contrario a la «cultura de la inmediatez, que perjudica la seguridad cuando algo tiene que ser para anteayer». Una tentación empresarial «a la que se ha añadido una derivada con la subcontratación en cadena». «Está haciendo mucho daño», protesta, pues impide que los delegados sindicales de las empresas matrices puedan proteger a los externos y, en caso de accidente, «se despersonaliza y se diluye la responsabilidad» última del contratante.