Empieza la campaña para beatificar al sacerdote del Titanic
Hoy, 14 de abril, se cumplen 103 años de hundimiento del Titanic; y aunque no sea un aniversario redondo, es el momento que el padre Graham Smith, actual párroco de la Iglesia de Saint Helen, situada en la localidad de Chipping Ongar (condado de Essex), ha elegido para pedir la elevación a los altares de su lejano antecesor, el padre Thomas Byles, una de las 1.500 víctimas mortales del tristemente famoso buque.
Según The Catholic Herald, el padre Smith anima a los fieles del mundo entero a que invoquen al padre Byles en sus plegarias —si lo necesitan—, y «si ocurre un milagro, que se inicie su causa de beatificación, primero, y de canonización después».
El padre Byles no sobrevivió al hundimiento porque no quiso: dos veces le ofrecieron subirse a una lancha de rescate y las dos veces se negó. Prefirió ayudar al rescate de otros pasajeros —en su mayoría de segunda y tercera clase— y asistir espiritualmente, a través de la confesión y del rezo del Rosario, a los que se quedaron a bordo; entre estos había católicos, protestantes y judíos.
Según el testimonio de la superviente Agnes McCoy, «a todos les dijo Byles —junto con un sacerdote alemán que también estaba presente— que pronto se reunirían con Dios. A continuación, empezó a recitar el Rosario. Pocos minutos después, una tromba de agua inundó la cubierta y se le llevó por delante».
Ese 14 de abril de 1912, Segundo Domingo de Pascua, el padre Byles celebró la Santa Misa y su homilía fue premonitoria: versó sobre la necesidad de un rescate espiritual mediante la oración y los sacramentos en caso de que se produzca un naufragio —también espiritual— causado por la tentación. Pocas horas después, mientras Byles leía su breviario, el Titanic chocó contra el iceberg. El motivo de la presencia del padre Byles en el buque era la próxima boda de su hermano William en Nueva York.
Nacido en Leeds el 25 de febrero de 1870, hijo de un pastor congregacionalista, Russel Davids Byles marchó en 1889 a Oxford para estudiar Teología. Por esos años arreciaban las conversiones de intelectuales en Gran Bretaña —conocido, precisamente, como el Movimiento de Oxford— y la de Byles fue una de ellas. En 1899, partió a Roma para ampliar estudios de cara a su ordenación sacerdotal, que recibió en 1902. Tres años más tarde, fue nombrado párroco de Saint Helen.