«Empecé leyendo relatos eróticos y acabé con contenido duro» - Alfa y Omega

«Empecé leyendo relatos eróticos y acabé con contenido duro»

Nerea (nombre ficticio) tuvo su primer contacto con el porno a los 14 años. Terminó siendo adicta y ahora quiere ayudar a otros frente a este problema

José Calderero de Aldecoa
Colabora con la ONG Dale una vuelta
Colabora con la ONG Dale una vuelta. Foto cedida por Nerea.

¿Cómo fue su primer contacto con la pornografía?
Fue en el colegio. Creo recordar que en 2º de la ESO, con 14 años. En un texto salió la palabra «erótico» y no sabíamos qué era, así que le preguntamos a la profesora. Por la tarde sentí curiosidad y entré en internet a buscar. Me salió una página porno donde también había relatos eróticos y me leí uno de ellos. La verdad es que la primera sensación fue de asco porque, intercaladas entre los párrafos, también había imágenes explícitas de sexo.

¿Cuánto tardó en volver a buscar este tipo de contenido y por qué lo volvió a hacer si la primera vez le dio asco?
Muy pocos días; no más de dos o tres. Lo que ocurre es que la primera vez que entré tuve un sentimiento contradictorio. Por un lado me repelió, pero también me excité. Me atrajo de alguna manera y, por eso, seguí buscándolo.

¿Con cuánta frecuencia llegó a consumir este tipo de contenidos?
En el peor momento, cerca de diez veces al día. Leía los relatos, veía las imágenes y luego me masturbaba. Sobre todo eran épocas de más estrés, como por ejemplo durante los exámenes. Lo utilizaba como vía de escape.

¿Cómo accedía, siendo menor, a esos contenidos?
Lo habitual era a través de la tablet que había en casa. Aprendí a eliminar el historial de búsquedas y aprovechaba los momentos en los que mis padres no estaban en casa o cuando estaba estudiando. Ahora la gente utiliza el móvil.

¿Cómo le afectó este consumo?
Es como una especie de pirámide. Empiezas con contenido más light, por decirlo de alguna manera, pero cada vez necesitas cosas más fuertes para excitarte. Yo terminé consumiendo cosas muy duras, tipo violaciones o sexo con violencia. Y lo que me ocurrió es que empezó a cambiar mi mirada sobre los chicos. Muchas veces volvía a casa con miedo porque pensaba que cualquiera me podía hacer lo que había leído y visto un rato antes.

¿Cuánto tiempo estuvo accediendo y cómo logró dejarlo?
Desde los 14 hasta los 21. En mi caso, intenté dejarlo sola, con mi fuerza de voluntad, pero me di cuenta de que no podía, así que decidí pedir ayuda. Creo que al final lo pude dejar atrás porque hubo muchas personas que me ayudaron.

¿Qué opina de la futura ley contra la pornografía del Gobierno?
Me parece fantástica. Ojalá hubiera estado en mi época. Muchos menores acceden a la pornografía casi por accidente o curiosidad, pero si ese primer contacto está bloqueado por un sistema de verificación, mucha gente se echará para atrás.

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