Emotiva despedida de Raúl Berzosa de Ciudad Rodrigo
El ya obispo emérito pasó más de 30 minutos despidiéndose de los fieles que abarrotaron este sábado la catedral en su Misa de despedida. Raúl Berzosa no explicó las razones de su renuncia
Tras 7 meses de ausencia, Raúl Berzosa volvió a la catedral de Santa María de Ciudad Rodrigo para la Misa en la fiesta del patrón, san Sebastián, pero fue únicamente para despedirse de la diócesis a la que llegó en 2011, nombrado por Benedicto XVI, tras haber sido auxiliar de Oviedo con Carlos Osoro.
Tras una larga ausencia, desde que en junio Francisco le concedió un retiro temporal, la Santa Sede anunció finalmente el miércoles que Berzosa había presentado su renuncia a la diócesis y el Papa la había aceptado, si bien sigue siendo obispo y el Pontífice podría asignarle un nuevo destino en cualquier momento.
Simultáneamente el Vaticano anunciaba que el obispo emérito de Ávila, Jesús García Burillo, reemplazaba como administrador apostólico a Francisco Gil Hellín, arzobispo emérito de Burgos, que previamente había sido obispo de Ciudad Rodrigo). García Burillo estará al frente de la diócesis hasta el nombramiento de un nuevo obispo.
«Ciudad Rodrigo ha hecho un camino sinodal»
Durante su esperada homilía, Raúl Berzosa no ofreció explicaciones sobre las razones de su marcha. De hecho, afirmó que no quería «ningún protagonismo». «Fuera pomposidad, fuera victimismo, porque el foco de atención no es mi persona, es Jesucristo y la belleza de una Iglesia que está aquí reunida», añadió, según recogió Salamanca RTV Al Día.
Sobre el atípico período vivido en la diócesis, el ya obispo emérito aseguró a sus antiguos diocesanos que «en estos 8 meses de retiro os he llevado en mi corazón, en mi cabeza, por todo lo recibido».
Y, sin entrar en detalles, contó que había hablado con el Papa y sus colaboradores, y les había transmitido que «esta también es su Iglesia, la Iglesia de la Periferia». «Estamos al día como Iglesia en lo que el Papa nos pide», añadió. Y alabó la actitud durante los últimos tiempos de años la Iglesia de Ciudad Rodrigo que «ha hecho un camino sinodal».
A esta breve homilía, los asistentes respondieron con aplausos, que Berzosa trató de cortar. «Entiendo que el aplauso no es para Raúl, sino para el siervo del Señor», dijo.
Al concluir la Misa, en nombre de la curia diocesana, tomó la palabra el vicario de Pastoral, José Manuel Vidriales. «Hay palabras que si se quedan dentro del corazón se pueden perder», dijo. Berzosa «tiene todos mis respetos sin reserva alguna y todo mi afecto eterno», añadió.
Finalmente, el obispo emérito le pidió unas palabras a Francisco Gil Hellín, quién dijo que «ojalá no hubiera hecho falta estar aquí, pero me alegro a posteriori de haber estado, por haber renovado el espíritu de pastor directo». Berzosa recordó que, siendo un joven sacerdote, colaboró con el hasta ahora administrador apostólico como vicario de Pastoral en Burgos.
Por último, el prelado atendió uno a uno a los feligreses que se acercaron a saludarse. Algunos le llevaron obsequios, otros le pidieron que bendijera a bebés… y no pocos dejaron escapar alguna lágrima.