Turú: «La preocupación por los abandonos en la vida consagrada es normal, pero no hay que caer en el alarmismo»
Publicaciones Claretianas publica en español El don de la fidelidad. La alegría de la perseverancia, un documento que pretende hacer frente a la «hemorragia vocacional»
La Santa Sede y las congregaciones religiosa están preocupadas por la problemática de los abandonos en la vida consagrada, lo que se ha llamado «hemorragia vocacional». Y por ello la congregación vaticana encargada de la vida consagrada (CIVCSVA) acaba de publicar un nuevo documento titulado El don de la fidelidad. La alegría de la perseverancia. (Orientaciones), publicado en español por Publicaciones Claretianas, y que ofrece criterios para que los responsables de cada congregación aborden esta circunstancia desde el discernimiento y el acompañamiento.
El documento fue presentado este martes por vía telemática y contó con la aportación de importantes referentes de la vida religiosa como el presidente de la USG y superior general de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa; la presidenta de la UISG y superiora general de las Misioneras Claretianas, Jolanta Kafka; el secretario general de la UISG, el marista Emili Turú; y la presidenta de CONFER, Mariña Ríos. Fue moderado por el director de Publicaciones Claretianas, Fernando Prado.
Turú puso en contexto y perspectiva la situación de los abandonos entre los consagrados. Según dijo, entre 2008 y 2012, el promedio fue de unos 3.000 cada año. «Si yo tuviera que firmar diez abandonos diarios tendría la impresión de que la vida religiosa se está hundiendo. La preocupación es normal y sana, pero no hay que caer en el alarmismo».
En realidad, continuó, estos 3.000 abandonos son el 0,3 % del total de consagrados, eso es, tres de cada mil y, por tanto, cree que hablar de hemorragia en la vida de la Iglesia hoy «parece un poco exagerado».
En su opinión, el uso de determinadas palabras ayuda a entender cómo se perciben y viven las salidas. «¿Qué dice de nosotros que usemos palabras como hemorragias o abandonos que usemos palabras como hemorragia o abandonos cuando hablamos de un tema delicado? ¿Le vamos a decir a personas que han estado con nosotros y siguen comprometidas con la vida religiosa que forman parate de una hemorragia o que nos han abandonado?».
En su opinión, la realidad de los abandonos en la vida consagrada son «síntoma de una crisis más amplia que cuestiona las diversas formas de vida y que afecta a todo el mundo». Y añade: «Obsesionarse con los síntomas no ayudaría a hacer el diagnóstico correcto. Las causas son variadas y complejas. Hay que focalizar en lo importante».
Turú concluyó con un mensaje para la esperanza, pues, dijo, «la mayoría de las congregaciones nacieron en momentos de crisis; estamos en el contexto más adecuado para florecer».
Distracciones que minan la fidelidad
El padre general de los jesuitas, Arturo Sosa, se sumó a esta esperanza diciendo que él firma más cartas de felicitación por el cumplimiento de 50, 60 o 70 años de vida religiosa que cartas dimisorias. «Soy testigo del don de la fidelidad», añadió. También quiso poner en valor que, aunque en algunos lugares las vocaciones han descendido, hoy son de mejor calidad.
Sobre la cuestión concreta de los abandonos, Sosa se refirió a las distracciones que minan la fidelidad y afectan a la perseverancia. Citó, en concreto, «el descuido de la vida espiritual, un denominador común; la incapacidad de la persona para incorporad la fidelidad a los votos según el carisma; la dificultad para las relaciones humanas sanas con los demás; y la baja calidad de la vida comunitaria».
Entre los motivos para dejar una congregación se encuentran, añadió, el conocimiento superficial de la familia religiosa; el descubrimiento de aspectos de uno mismo que indican incompatibilidad con la vida consagrada; y la crisis de la mitad de la vida.
Con todo, apuntó varias acciones que se hacen necesarias para hacer frente a esta situación: el diálogo con la sociedad secular; el acompañamiento en todas las fases pero, sobre todo, en el proceso de admisión; y la calidad del acompañamiento, que tienen que ser capaz «de abrir espacios a la transparencia».
Confrontación con la cultura actual
Para Mariña Ríos, el documento de la CIVCSVA puede ayudar a una confrontación en lo personal, en lo comunitario y en lo institucional con distintos aspectos de la cultura actual como «lo provisional, lo fragmentario, la pérdida de valor de los compromisos, el peligro de vivir en la mediocridad…». También a cuidar el encuentro con Dios, saber escuchar la realidad y al otro, que «permite detectar situaciones para acompañarlas» y seguir siendo conscientes «del valor del testimonio y lo que puede ser anuncio de buena noticia y testimonio de un Dios fiel».
Jalanta Kafka, por su parte, centró su intervención en la cuestión de la formación y sobre cómo puede ayudar esta a la fidelidad y a la perseverancia. Evidentemente, esta es importante, pero debe contar con una base previa: «Antes de la formación, hay que hablar primero de la persona, de la estructura de la persona, de la educación, de una propuesta pedagógica, de la evangelización…
En su opinión, para que el proceso formativo tenga garantías debe ser personalizado, «que no significa individualista», debe incluir el acompañamiento pensando en el modelo de Jesús con sus apóstoles y debe tener en cuenta la memoria, «de aquello que Dios ha realizado en mí», para afrontar el futuro. «Porque la fidelidad tiene que ver con el futuro, es dinámica», añadió.
La presidenta de la UISG concluye afirmando que el nuevo documento puede ayudar a profundizar en las diferentes áreas de la fidelidad como son la autoridad, la obediencia o el discernimiento.