El Voto de la Villa
En la celebración del la fiesta de Santa María la Real de la Almudena, patrona de Madrid, se realiza un hecho importante para nuestra historia: la renovación del llamado Voto de la Villa, que renueva el regidor o alcalde de la ciudad en acción de gracias por la protección maternal de la Virgen de la Almudena a Madrid.
En la iglesia de Santa María de la Almudena el primer voto conocido fue el realizado en 1438 para agradecer a María su intercesión frente a la peste que había asolado la villa. Se obligó a todos los vecinos de Madrid a acudir al templo y participar de dicha celebración religiosa.
El 18 de diciembre de 1621, en la iglesia de Santa María bajo la Virgen de la Almudena, se realizó un voto en defensa de la Purísima Concepción.
El 8 de septiembre de 1646, día de la Natividad de María, el Concejo de Madrid decidió, tras unas inundaciones, hacer un Voto de Villa confirmando el patronazgo de la Virgen de la Almudena y considerándola «protectora e intercesora para siempre jamás» de Madrid. Ocho días después, estando en la iglesia parroquial de Santa María de la Almudena, se acordó hacer alguna demostración particular de reconocimiento por los beneficios. Esta villa vota la asistencia a la festividad de Nuestra Señora de la Almudena perpetuamente esperando que este servicio le sea muy agradable a la Virgen Santísima.
El Voto de la Villa se realizó desde el año 1646 hasta 1845. La celebración era costeada por el Ayuntamiento, y la Real Esclavitud se encargaba de la ofrenda floral y la celebración en el interior del templo.
Durante la revolución de 1868, tras el derribo de la iglesia primitiva de Santa María, se volvió a suspender el voto. También durante la república y la guerra civil, volviéndose a renovar en el año 1939.
Desde 1977, cuando Pablo VI declaró a la Virgen de la Almudena patrona principal de la archidiócesis de Madrid-Alcalá, se estableció el 9 de noviembre como fiesta laboral y se trasladó de forma oficial la procesión y el Voto de la Villa, que tradicionalmente se realizaban el 8 de septiembre. El Ayuntamiento y la corporación municipal acudieron a la colegiata de San Isidro, entonces catedral provisional, a renovar el Voto de la Villa, como se sigue haciendo en nuestros días.