El vía crucis del limosnero apostólico entre los cadáveres de Bucha y Borodianka

El limosnero apostólico ha recorrido este viernes las afueras de Kiev acompañado por el nuncio en Ucrania, el arzobispo lituano Visvaldas Kulbokas, uno de los pocos representantes diplomáticos que permanecen en el país.

Ambos han viajado hasta las ciudades de Bucha y Borodianka, enclaves donde han perecido cientos de personas a manos de las tropas rusas acusadas de haber cometido crímenes de guerra contra la población civil inerme a la que habrían sometido a todo tipo de torturas y violaciones.

En este recorrido por el horror, Krajewski y Kulbokas han celebrado el vía crucis de Viernes Santo deteniéndose incluso frente a alguno de los cadáveres que todavía permanecen diseminados por las calles de la ciudad de Borodianka. Otra de estas estaciones de penitencia ha sido Bucha.

El limosnero ha visitado una de las fosas comunes donde, tras la retirada de las tropas rusas, se han encontrado unos 80 cadáveres. Krajewski se ha arrodillado para rezar a pie de una zanja, entre las palas usadas para desenterrar los cuerpos.

Es la tercera vez que el limosnero apostólico viaja hasta Ucrania a petición del Papa Francisco para llevar ayuda concreta y la presencia del Pontífice. En este tercer viaje, el purpurado polaco ha conducido personalmente más de 2.300 kilómetros desde Roma para entregar en el hospital cardiológico de Kiev una ambulancia donada por el Santo Padre.

En declaraciones a los medios vaticanos este jueves, el cardenal Krajewski explicó que este Viernes Santo lo pasaría en aquellos lugares donde se ha visto de forma más despiadada el verdadero rostro de la guerra, aunque no reveló la localización exacta. El Vaticano confirmó posteriormente que el enviado del Papa había transcurrido el Viernes Santo en estas localidades próximas a Kiev donde la invasión rusa se ha ensañado con los civiles.