El vía crucis de los niños ante el Papa: «Nosotros también tenemos cruces» - Alfa y Omega

El vía crucis de los niños ante el Papa: «Nosotros también tenemos cruces»

«Bajaron de la ambulancia unos hombres que parecían astronautas y se llevaron al abuelo que tenía dificultades para respirar», ha narrado un pequeño que perdió a su abuelo por la COVID-19

Redacción
Foto: CNS / Paul Haring.

El Papa Francisco ha presidido el vía crucis del Viernes Santo, por segundo año consecutivo a causa de la pandemia, en una plaza de San Pedro prácticamente vacía, en el que los niños han sido protagonistas.

De hecho, ellos fueron los autores de las reflexiones que se han ido leyendo a lo largo de las 14 estaciones y que el Pontífice ha ido escuchando sentado y en silencio.

Como en 2020, la plaza vaticana ha sido iluminada por unas velas en el suelo y ha contado con un número restringido de fieles, que se han sentado en sillas separadas, guardando la distancia y con las mascarillas puestas, informa Efe.

El Papa Francisco preside meditaciones sobre el Vía Crucis en la Plaza de San Pedro en el Vaticano el 2 de abril de 2021, durante la pandemia de COVID-19
El Papa Francisco preside meditaciones sobre el Vía Crucis en la Plaza de San Pedro en el Vaticano el 2 de abril de 2021, durante la pandemia de COVID-19. Foto: CNS / Guglielmo Mangiapane, Reuters.

«Tú sabes que también nosotros los niños tenemos cruces, que no son ni más livianas ni más pesadas que las de los mayores, pero que son verdaderas cruces, que sentimos pesadas también de noche. Y solo Tú lo sabes y las tomas en serio. Solo Tú». Así ha comenzado la oración.

Los niños han contado sus experiencias y sus miedos a lo largo de las 14 estaciones en las que se divide el camino de Jesús hacia la cruz. Han hablado de sus madres, de sus abuelos, de su tristeza y su soledad, y de los problemas que más les afectan como la dislexia o la inclusión.

Especialmente emotivo fue el testimonio de un niño que había perdido a su abuelo por la COVID-19. Así lo narraba: «Bajaron de la ambulancia unos hombres que parecían astronautas, vestidos con bata, guantes, mascarillas y visera, se llevaron al abuelo que tenía dificultades para respirar desde hacía algunos días. Fue la última vez que vi al abuelo, murió pocos días después en el hospital, imagino que sufriendo también a causa de la soledad. No pude estar cerca de él físicamente, decirle adiós y darle consuelo. He rezado por él cada día, así pude acompañarlo en su último viaje terreno».