El Vaticano ultima la actualización de las normas sobre fenómenos sobrenaturales y apariciones
La principal exigencia es ofrecer una normativa en el contexto actual, caracterizado por la globalización de las informaciones gracias a los medios de comunicación
Los obispos contarán a partir del próximo viernes 17 con una nueva guía del Dicasterio para la Doctrina de la Fe con reglas claras para certificar de forma segura los fenómenos sobrenaturales y las apariciones de la Virgen. El prefecto de dicho dicasterio del Vaticano, el cardenal Víctor Fernández, y el secretario para su Sección Doctrinal, el sacerdote Armando Matteo, presentarán las directrices actualizadas, que servirán también para evitar estafas.
Analizar e interpretar los diversos casos de apariciones marianas, lacrimaciones, locuciones interiores, estigmas y otros fenómenos místicos no es una tarea fácil. Basta saber que en el curso de los siglos se han registrado más de 2.000 apariciones marianas en todos los continentes, según recoge el Dizionario delle apparizioni della Beata Vergine Maria, publicado en italiano en el 2010. Sin embargo, hasta ahora solamente 21 de ellas han sido aprobadas oficialmente por la Iglesia. Por lo tanto son centenares las que todavía esperan un pronunciamiento sobre la autenticidad por parte de la autoridad eclesiástica.
Certificar falsarios
La cuestión incluye determinar si el supuesto vidente es un falsario, pero también autorizar las devociones o el culto que derive de la aparición. El Vaticano instituyó en abril del año pasado en la Pontificia Academia Mariana Internacional (PAMI), un observatorio de apariciones y fenómenos místicos ligados a la Virgen María en el mundo.
Las últimas disposiciones sobre estos eventos son de 1978, aunque la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe no las hizo públicas hasta 2012, en diferentes idiomas. La principal exigencia es ofrecer una normativa en el contexto actual, caracterizado por la globalización de las informaciones gracias a los medios de comunicación. La Iglesia se preocupa de intervenir con rapidez para evitar juicios apresurados o impropios, por lo que son de gran ayuda los criterios que permiten juzgar tales eventos con la debida seriedad científica.
La regulación de 1978 aplica, por ejemplo, criterios que tienen que ver con las cualidades personales del vidente o videntes; en particular, el equilibrio psíquico, la honestidad, la rectitud de la vida moral, la sinceridad o la docilidad habitual hacia la autoridad eclesiástica. También aparece como sospechoso que haya una búsqueda evidente de lucro conectada estrictamente al hecho.
El obispo es la máxima autoridad
En todo caso, ante las presuntas apariciones marianas o ante cualquier fenómeno sobrenatural, la autoridad eclesiástica competente es el obispo. Él tiene el deber de informarse con tempestividad y de proceder con cuidado a una investigación.
Además, puede también autorizar y promover algunas formas de culto o devoción si, después de haber sido aplicados los criterios anteriormente dichos, nada se opone a ello. Sin embargó, habrá de prestarse atención a que los fieles no piensen que tales concesiones significan una aprobación del carácter sobrenatural del hecho por parte de la Iglesia por si acaso en el futuro hubiera que dar marcha atrás.
En marzo, el obispo de la diócesis italiana de Civita Castellana, Marco Salvi, emitió una disposición de «constat de non supernaturalitate» —es decir, que negaba las condiciones de fenómeno sobrenatural— en referencia a unas supuestas lacrimaciones en una estatua de la Virgen y posteriores apariciones que atrajeron a miles de personas a Trevignano, cerca del lago de Bracciano. Uno de los devotos lamentó haber entregado a la vidente hasta 123.000 euros.
El caso de Medjugorje
Más conocido es el caso de las supuestas apariciones de Medjugorje (Bosnia y Herzegovina) que comenzaron en junio de 1981. La Iglesia aún no se ha manifestado de forma definitiva, dada la complejidad del fenómeno: se siguen divulgando supuestos mensajes y están anunciados signos y secretos que se conocerán en el futuro. En el Vaticano existe un comité pontificio que analiza el caso, pero no se ha pronunciado aún.
Con todo, dado el atractivo del santuario para miles de fieles y los frutos de conversión que allí se constatan, el Papa ha nombrado ya dos visitadores apostólicos. El actual es Aldo Cavalli. Desde 2019, se permite que las diócesis y otras instituciones oficiales de la Iglesia organicen peregrinaciones, pero en los actos que allí se celebran no se puede dar por verdaderas las apariciones. Actualmente, la Santa Sede interviene si lo solicita el obispo o un grupo cualificado de fieles.