El Vaticano presenta la segunda fase del Sínodo: el nivel continental

El secretario general del Sínodo de los Obispos, el cardenal Mario Grech, ha presentado este viernes la segunda fase del proceso sinodal, que sube un escalón y se vivirá ahora a nivel continental. Para ello, la Secretaría del Sínodo se va a reunir junto con un grupo de expertos para elaborar un documento a partir de los resúmenes presentados por las Conferencias Episcopales de los distintos países.

«Más de uno argumenta que los resúmenes de las Conferencias Episcopales serán la tumba de la profecía», pero «es hora de superar esta sospecha que ciertamente tiene sus razones históricas pero que contrasta con la naturaleza de la Iglesia, que es un sacramento de unidad», ha dicho Grech.

En este sentido, el cardenal también ha asegurado que el documento que elaborará la Secretaría del Sínodo para que se estudie a nivel continental —fase que ha sido incluida para garantizar aún más el respeto a la consulta del Pueblo de Dios—, también será enviado a las iglesias particulares. «Allí se hizo la consulta, allí vuelve el documento. Esta restitución garantiza el respeto a los actores del proceso sinodal».

Cuando vuelva el documento a las diócesis, cada obispo está obligado a ponerlo en conocimiento de su Iglesia y «leerlo atentamente al menos en los órganos participantes y redactar las observaciones con el equipo sinodal para ser enviadas a la Conferencia Episcopal o al Secretariado de la Asamblea Continental», ha indicado Mario Grech.

Con todo este proceso, se pretende poner en valor el discernimiento, porque aunque «todos son profetas en el Pueblo de Dios, no todo lo que se dice es la voz del Espíritu. Debemos escuchar la voz del Espíritu en el sonido de las voces. Aquí radica la función de discernimiento».

Por otro lado, el secretario general también ha reconocido que se han distintos niveles de implicación. «No nos hacemos ilusiones de que el principio de la consulta se haya aplicado con el mismo cuidado en todas las Iglesias». Por ello, ha recordado que «estamos al comienzo de un camino eclesial que exige paciencia, exige una conciencia de que todos están hechos para participar, cada uno según su condición y función, de la vida eclesial y, por tanto, del camino sinodal».