El Vaticano crea un grupo de trabajo para estudiar la excomunión de las mafias - Alfa y Omega

El Vaticano crea un grupo de trabajo para estudiar la excomunión de las mafias

El anuncio ha coincidido con la beatificación este domingo de Rosario Livatino, juez asesinado en 1990 por la mafia a los 38 años

Redacción
Un momento de la beatificación de Rosario Livatino. Foto: Avvenire

El Vaticano ha creado un Grupo de Trabajo sobre la Excomunión de las Mafias con el objetivo de «profundizar en el tema, colaborar con los obispos de todo el mundo y promover y apoyar iniciativas» en este ámbito, ha anunciado el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

Coodinado por Vittotio V. Alberti, funcionario del dicasterio, y presidido por Michele Pennisi, arzobispo de Monreale –en Palermo–, se espera que la nueva entidad estudie la excomunión de las diferentes mafias que operan en distintas partes del mundo, muchas de ellas impregnadas de una falsa espiritualidad que en ocasiones confunde a los fieles.

Grupo con amplia experiencia

Además de Alberti y Pennisi, el grupo también está formado por Giuseppe Pignatone, presidente del Tribunal del Vaticano y exjuez antimafia en Italia; Luigi Ciotti, presidente de la asociación antimafia italiana Libera; o Rosy Bindi, expresidenta de la Comisión Antimafia del Parlamento de Italia.

Asimismo, están presentes Raffaele Grimaldi, inspector general de los capellanes de las cárceles italianas; Marcello Cozzi, sacerdote y profesor de la Universidad Lateranense con larga experiencia en estos temas; y monseñor Ioan Alexandru Pop, del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos. Precisamente, el grupo cuenta con el apoyo de otros organismos vaticanos, como la Congregación para la Doctrina de la Fe o el Consejo Pontificio para los Textos Legislativos.

Beatificación de Livatino

El anuncio de la creación de este grupo de trabajo ha coincidido en el tiempo con la beatificación de Rosario Livatino, el joven juez asesinado por la mafia a los 38 años, que ha sido elevado a los altares este domingo 9 de mayo en la catedral de Agrigento, en Italia.

«Su muerte no es solo el sacrificio de un representante de las instituciones» o «el asesinato de un magistrado católico. Es un testigo de la justicia del Reino de Dios que se enfrenta al mal para salvar a las víctimas y a los verdugos», dijo el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, durante la homilía.

Mártir de la justicia y la fe

Por su parte, el Papa Francisco tildó a Livatino como «juez recto» durante el rezo del regina coeli del domingo. «Nunca se dejó corromper. Se esforzó por juzgar no para condenar sino para redimir. Su trabajo lo puso siempre bajo la protección de Dios, por eso se convirtió en un testigo del Evangelio hasta su muerte heroica», dijo el Pontífice.

Acto seguido, pidió «que su ejemplo sea para todos, especialmente para los magistrados, un estímulo para ser fieles defensores de la legalidad y la libertad».