El trabajo de Carlos
Cuando Carlos y su familia llegaron de Venezuela hace seis meses huyendo de la situación en aquel país, no se imaginaban la acogida que iban a recibir. «Yo pensé que iba a tener que buscarme la vida de mala manera, y todo lo que hemos recibido ha sido calor y apoyo», reconoce. Lo dice porque al poco de aterrizar acudió a pedir ayuda a la parroquia de San Bonifacio, en Madrid, y allí, aparte de recibir ropa y alimentos, le propusieron encaminarse al Servicio de Orientación e Información para el Empleo (SOIE) de Cáritas Madrid. «Me asignaron un tutor que me orientó sobre las posibilidades que tenía de formación, según la experiencia laboral que traía de mi país», recuerda.
Carlos trabajó en Venezuela como coordinador de operaciones en puertos de mar, por lo que entró a formarse en un curso de manejo de carretillas elevadoras, y en breve comenzará un curso de logística, por lo que ve su futuro en el sector de la distribución de mercancías. «Solo me falta conseguir el permiso para trabajar en España, que me darán el mes que viene», con la esperanza de asentar su vida y la de su familia en nuestro país.
Los datos
Carlos es una de las 8.035 personas que fueron acogidas y acompañadas en 2016 en la búsqueda de empleo en los 30 servicios de SOIE que dirige Cáritas Madrid, que este domingo se dispone a celebrar la Campaña contra el Paro. Durante el año pasado, Cáritas capacitó a 1.172 alumnos gracias a 85 cursos, en los sectores con mayor demanda en el mercado laboral. Además de ello, concedió 3.374 ayudas económicas directas a personas desempleadas en situación de grave precariedad.
Muchos de ellos han sido beneficiarios de la Fundación Labora, que promueve dos empresas de inserción: Asiscar (mensajería y mudanzas) y Taller 99 (confección y marroquinería) para capacitar a los desempleados siguiendo el lema Enseñar a trabajar trabajando.
En cuanto al perfil de los demandantes, más de la mitad son inmigrantes, la mayoría son mujeres (61 %), y la edad media es de 45 años. Una gran parte de ellos tienen estudios secundarios o de formación profesional, mientras que el 28 % de los solicitantes solo tienen estudios primarios, y el 21 % tienen un título universitario. A todos ellos se dirige el trabajo desinteresado de 523 voluntarios, y una dotación económica que asciende a 1.090.855 euros.
«No puedo sino mostrar todo mi agradecimiento a estas personas por la labor que están haciendo por nosotros», dice Carlos. «Yo venía dispuesto a buscarme la vida, pero en Cáritas me han ayudado a hacerlo de una manera más profesional, y me han dado una formación con la que no contaba». Además, «no solo miran por nuestra situación laboral, sino que están siempre pendientes de cómo vamos, cómo está nuestra familia, cómo nos vamos integrando. Estamos felices».