El Teléfono de Escucha para Personas Mayores en Soledad de Madrid recibió 524 llamadas en 2024 - Alfa y Omega

El Teléfono de Escucha para Personas Mayores en Soledad de Madrid recibió 524 llamadas en 2024

Han aumentado, porque también ha aumentado la difusión. De hecho, hace diez días se amplió la atención a sábados y domingos, siendo un total de once voluntarios los que están pendientes de las llamadas

Begoña Aragoneses
Mercedes voluntaria del Teléfono de Escucha para Personas Mayores en Soledad de Madrid

Entre las muchas iniciativas de solidaridad que surgieron durante los peores meses de la pandemia destacó el Teléfono Amigo, un servicio de acompañamiento telefónico puesto en marcha a instancias del Arzobispado de Madrid, gestionado por Cáritas Diocesana. Cuando terminó la pandemia, «el entonces arzobispo, cardenal Carlos Osoro, pidió que diéramos continuidad a ese servicio», detalla Mar Crespo, la responsable (en la imaegn inferior).

Así, viendo la situación de las personas mayores en soledad no deseada, se cambió el nombre por Teléfono de Escucha a Personas Mayores en Soledad que ahora, «como Iglesia de Madrid», se pone al servicio del recientemente presentado Plan Pastoral con las Personas Mayores, con voluntarios de diferentes delegaciones. El año pasado, este servicio recibió 524 llamadas. Han aumentado, porque también ha aumentado la difusión. De hecho, hace diez días se amplió la atención a sábados y domingos, siendo un total de once voluntarios los que están pendientes de las llamadas, todos los días de la semana, de 10:00 a 19:00 horas.

Mar Crespo responsable del Teléfono de Escucha para Personas Mayores en Soledad de Madrid

A veces, en los lugares más insospechados; como en aquella ocasión en que un médico de familia le pasó el teléfono a un paciente porque lo había visto en la parroquia y pensó que le vendría bien. «Detectamos que son mayores que por dificultades físicas no bajan a la calle y ya no van a la parroquia», indica Crespo. Es gente que «está muy sola y necesita hablar con alguien», pero a los que les cuesta decir «soy mayor y estoy solo».

Por eso es tan importante que los voluntarios mantengan el anonimato de los que llaman, para preservar su intimidad y el sigilo de lo que les cuentan. De hecho, hay algunos que no quieren hablar si están los hijos por casa. Porque sí, a veces también está la soledad del que, paradójicamente, está rodeado de gente.

La persona se siente querida

«Con que me llaméis una vez al mes, me digáis que os habéis acordado de mí y que me queréis mucho…». Así lo expresó una señora de Alicante —efectivamente, también hay llamadas de fuera de Madrid— cuando el voluntario le preguntó «¿qué podemos hacer por ti?». Porque el Teléfono de Escucha está llamado a ser un acompañamiento a largo plazo y que en algún momento, al mes o a los dos meses, se anime a los mayores a que se acerquen a la parroquia. Y así, «la persona se siente escuchada, querida, importante».

Le pasa a Mercedes, 77 años para 78, 10 nietos y voluntaria desde hace un par de años (imagen principal). Ella es la que coge el teléfono los miércoles, y cuenta que ya ha generado vínculos con algunos de ellos. Hay una mujer que está con cáncer y charlaron el otro día durante su sesión de quimio; otra que llamó porque se le había muerto su gato y le hizo el acompañamiento en su duelo; un señor que está en una residencia, muy contento, pero «necesitaba hablar con alguien» y ahora saca el tema del fútbol porque «yo notaba que era aficionado»; otra señora que es hija única y no tiene absolutamente a nadie… «Aunque son mayores, algunos son más jóvenes que yo», cuenta, divertida, Mercedes.

La voluntaria lleva un archivo con lo que cada uno le cuenta, para así luego «no confundirme entre ellos», aunque es verdad que con algunos ya casi no lo necesita porque «los tengo bastante en el corazón». Cada día va anotando lo que cada uno le ha dicho, y así, además, la atención es mejor. «Estoy preocupada por Mercedes, porque me llama todos los miércoles y este no lo ha hecho», comentó un día una señora. Era que tenía médico, pero la inquietud muestra el vínculo estrecho que la voluntaria se acaba estableciendo con los usuarios del teléfono.

«A mí me encanta escuchar y estoy feliz por esta oportunidad que me pone Dios de escuchar», sostiene, a modo de resumen, Mercedes. «He descubierto el darme a los demás, que es la verdadera felicidad».

Teléfono de Escucha a Personas Mayores en Soledad: 696 987 885.