El SJM denuncia la situación que viven los migrantes más vulnerables en medio de la pandemia
Pone el foco en la situación de los centros de Melilla, que están saturados, y los CIE, así como en las migrantes que trabajan en el hogar y en el sector de los cuidados
El Servicio Jesuita a Migrantes ha levantado la voz este martes para denunciar la situación de vulnerabilidad que viven una serie de colectivos de migrantes, que se ve agravada por el contexto de emergencia sanitaria que vivimos por el coronavirus. Por ello, reclama a la administración un compromiso dirigido a su protección.
Se refiere, en primer lugar, a las personas que están en los centros «sobresaturados de Melilla» y aquellas internadas en los Centros de Internamiento de Extranjeros, cuyo cierre pidió hace unos días.
Sobre la situación en la ciudad autónoma, el SJM denuncia que el Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes (CETI) acoge alrededor de 1.700 personas, duplicando ampliamente su capacidad (789). Una circunstancia que también se produce en el centro de menores Purísima, donde viven 900 niños a pesar de disponer 350 plazas. «Deben tomarse de manera urgente las medidas de prevención necesarias que aseguren la higiene continua y el aislamiento social de sus internos para evitar un eventual contagio masivo. Igualmente deben tomarse actuaciones extraordinarias que faciliten la convivencia mientras dure la situación de confinamiento; más si cabe ante la situación de pseudo privación de libertad en que se encuentran», piden en un comunicado.
Otro de los colectivos de migrantes en los que pone el foco son las empleadas del hogar y las que trabajan en el sector de los cuidados. «Sus tareas son imprescindibles para muchas personas mayores y en situación de dependencia, que en esta emergencia son también un colectivo de alto riesgo. Sin embargo, a las vulneraciones que ya venían sufriendo —trabajo sin contrato ni seguridad social, jornadas abusivas, etc.—, se añade el hecho de afrontar esta emergencia sanitaria sin medidas higiénicas de prevención, sin ninguna prestación o ayuda económica ante situaciones de despido o reducción de horas de trabajo, ni protección ante situaciones en las que perder el trabajo significa perder también la vivienda, como es el caso de muchas trabajadoras internas», añade.
Del mismo modo, recuerda que hay personas en situación administrativa irregular o a la espera de documentación, citas en oficinas públicas o resoluciones; en riesgo de pobreza; son vulnerables ante el COVID-19 y no pueden, entre otras cosas, salir a hacer la compra; o no tienen hogar.
Por todo ello, el SJM refuerza en este momento su compromiso por la hospitalidad: «Nuestro deseo es seguir acompañando, sirviendo y defendiendo a las personas migrantes, adaptándonos a esta coyuntura. El acompañamiento personal en casos más urgentes, la escucha, la atención psicosocial o la provisión de servicios básicos a familias o personas que no deben o no pueden salir, se complementa mediante la atención de forma telemática».