Sebastián Mora: «El sistema fiscal tiene que ser mucho más progresivo»
Antes de las elecciones, Cáritas presentó a los partidos una lista con diez propuestas. La acogida, en algunos casos, fue muy favorable, asegura Sebastián Mora. En temas como la inmigración o la cooperación internacional, la respuesta fue más fría
España es el país de la OCDE donde más aumentó la desigualdad en 2015, según el informe que acaba de presentar Intermón Oxfam. El 1 % de la población concentra tanta riqueza como el 80 % con menores ingresos, y la tendencia va en aumento. ¿A qué lo atribuye?
La desigualdad ha crecido en todos los países. Esto se debe a un sistema económico que genera inequidad. Siempre hemos dicho desde Cáritas que nuestro modelo económico genera crecimiento, pero no equidad, y de ahí el grito del Papa contra «esa economía que mata». Es un tema estructural, no anecdótico. El impacto en España puede ser mayor que en otros países, pero es un problema del modelo económico. En primer lugar, tenemos que darnos cuenta de que esa inequidad es mala, porque no todo el mundo lo entiende así.
Se habla de otra reforma laboral. ¿Qué le pediría Cáritas al nuevo Congreso de los Diputados?
Lo primero, que tenga en cuenta a las personas que están absolutamente excluidas del mercado laboral. Yo creo que hay que hacer una defensa radical de esas personas que ni siquiera llegan a tener un trabajo precario. En segundo lugar, hay que salvaguardar los ingresos básicos de las familias. No basta con generar trabajo, debe haber un salario justo que permita vivir con un mínimo de dignidad. Nosotros entendemos que se podrían introducir medidas correctoras en los salarios. Y en tercer lugar, hay que contrarrestar tanta incertidumbre. Una persona joven me decía hace poco algo que me rompió: «Cuando tú eras joven, el futuro era una promesa; para mí, el futuro es una amenaza». Eso no nos lo podemos permitir.
¿Y qué reforma fiscal propondría Cáritas?
El sistema fiscal tiene que ser mucho más progresivo, mucho más redistributivo, y es necesario perseguir el fraude —que no está en las personas físicas, sino en las grandes corporaciones— y penalizar todos esos paraísos fiscales y esas fórmulas jurídicas que, en definitiva, están haciendo que los trabajadores coticemos veinte puntos más que, por ejemplo, una SICAV (Sociedad de Inversión de Capital Variable).
Cáritas presentó una lista con diez propuestas a los partidos políticos antes de las elecciones. ¿Cuál fue la respuesta?
Esta ha sido la vez que mejor acogida hemos tenido por parte de todos los partidos. Han sido unas elecciones en las que las organizaciones sociales hemos podido participar más en la elaboración de los programas políticos. Hemos podido sentarnos y trabajar con ellos, no simplemente entregarles un papel.
¿Algún ejemplo?
La propuesta de la renta mínima para las personas en exclusión la hemos podido trabajar con el Partido Popular, con el PSOE, con Podemos, con Ciudadanos… Les hemos dado nuestro punto de vista, les hemos dado ideas, les hemos aportado análisis presupuestarios, metodología, y todo esto se ha plasmado en propuestas concretas en algunos partidos. Era una propuesta muy analizada y muy factible que tendría un impacto muy importante en las personas más empobrecidas. La puesta en práctica será después más o menos amplia, pero sí hemos podido ver que existe una conciencia generalizada de que no es posible seguir viviendo con las magnitudes de exclusión y de pobreza que tenemos hoy en España.
Las propuestas que tenían relación con la cooperación internacional o con la inmigración, sin embargo, han tenido mucho peor acogida. En la campaña se ha hablado poco de política exterior, y la inmigración se ha planteado en términos de terrorismo, de peligro, de dificultades, nunca de oportunidades o de justicia.
¿Cuáles serían las prioridades de Cáritas con respecto al próximo Gobierno?
Yo creo que, en estos momentos, lo primero que pediría Cáritas es que haya Gobierno, una petición que es más profunda de lo que parece. Porque podemos entrar en un entramado de lucha de poder olvidando que el poder está al servicio del bien común y no de unas siglas políticas, sean cuales sean. En segundo lugar, a un Gobierno le pediríamos, como Iglesia, que haya una potenciación de la libertad religiosa, porque creemos que la crisis que hemos soportado no es solamente una crisis económica, sino también de valores, y creemos que las distintas tradiciones religiosas tienen mucho que aportar a esa crisis de valores. Y en tercer lugar, le pediríamos que su primera prioridad sean los pobres. No nos podemos permitir vivir en una sociedad que no cuide al más frágil.
¿Qué preferencias de pactos tiene Cáritas?
Le voy a contestar no por ser políticamente correcto, si no por convicción, que Cáritas, como Iglesia, no hace ninguna opción por unas siglas políticas, sino que su opción son los más pobres.