El Santo Padre escucha las preocupaciones de los sacerdotes del centro de Roma y sus planes ante el Jubileo

El Papa se ha reunido en la tarde de este viernes 3 de mayo con alrededor de 100 sacerdotes, rectores de iglesias del centro histórico de Roma y varios capellanes de hospitales. A diferencia de otras visitas pastorales, típicamente en la periferia más degradada, la de esta ocasión ha tenido lugar en pleno centro de la diócesis: la histórica basílica de la Santa Cruz en Jerusalén. Francisco ha llegado puntual a las 16:00 horas en su emblemático Fiat 500 blanco pero, a las puertas del templo, los sacerdotes ya le estaban esperando con expectación desde una hora antes.

El encuentro, de aproximadamente dos horas, ha estado marcado por una conversación libre y espontánea sobre temas pastorales, especialmente aquellos centrados en la asistencia a los niños, los ancianos y los sectores más vulnerables de la sociedad. Francesco Pesce, párroco de Santa Maria en Monti ha revelado a medios vaticanos cómo los sacerdotes «intentaron comunicar al Santo Padre la maravillosa complejidad de esta porción de la Iglesia de Roma, donde está representado el mundo entero, y que será la puerta del Jubileo».

Pesce ha reconocido cómo, aunque en el centro de Roma no hay muchos residentes debido a los procesos de gentrificación y expulsión de los vecinos para sustituirlos por turistas, «la mayoría de los romanos vienen a trabajar aquí» y que por las tardes sí hay presencia de jóvenes en sus parroquias.

Por su parte Baldo Reina, uno de los obispos auxiliares de esta diócesis, ha descrito la cita con el Papa como «muy cordial». Y ha recalcado la preocupación de Francisco por zonas de la ciudad especialmente degradadas, como los alrededores de la estación de Termini, con pésimas condiciones de salubridad y donde se hacinan las personas sin hogar. Hace tan solo dos días, un hombre en situación de vulnerabilidad fue atropellado en una de las vías del tren.

Al finalizar su encuentro, el Papa se ha despedido uno a uno de los curas provenientes de 38 parroquias diferentes. Al salir, algunas ancianas se han congregado a la puerta de la basílica buscando grabar al Papa con sus teléfonos o solamente un abrazo.

Esta excursión papal es una más de las muchas que está realizando últimamente tras varios meses de parón. Son unas salidas al exterior que, en sus propias palabras, «siempre hacen mucho bien a un obispo».