El Reino es estar con Él - Alfa y Omega

El Reino es estar con Él

Lunes de la 1ª semana del tiempo ordinario / Marcos 1, 14-20

Carlos Pérez Laporta
Jesús llama a sus apóstoles. Centro de Visitantes del Norte, en Kimball Condominium, Salt Lake City, Utah. Foto: Travis.

Evangelio: Marcos 1, 14-20

Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:

«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».

Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón. echando las redes en el mar, pues eran pescadores.

Jesús les dijo:

«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.

Comentario

«Se ha cumplido el tiempo». El primer signo de este tiempo es una compañía de hombres. Sabemos que «está cerca el reino de Dios» porque comienza a brotar la Iglesia. El modernista Loisy, con ironía y desazón dijo que «Cristo predicó el Reino de Dios, y lo que vino fue la Iglesia»: en lugar de un mundo nuevo transformado por la fuerza regia de Dios ha nacido esta comunidad de hombres, incapaces de cambiar el mundo. La )glesia no era para él otra cosa que la frustración del Reino.

Pero nada más lejos. Porque ¿qué es el Reino? ¿Cuándo somos realmente liberados por su fuerza del mal? ¿Cuándo queda todo transformado por su poder real?

El Reino no es otra cosa que estar con Él. «Venid en pos de mí». Venid conmigo. La Iglesia no es otra cosa que la comunidad de hombres que está con Jesús. Eso es el Reino. Estar con Jesús. Es estar con Él lo que lo transforma todo: si estamos con Él, podemos vivirlo todo. Toda circunstancia puede vivirse en plenitud, si Cristo está con nosotros. Incluso la enfermedad y la muerte.

Así, la iglesia no es en primera instancia un poder político, una comunidad ideológica y ni siquiera una comunidad ética. Claro que estar con Él provocará consecuencias morales, causará efectos en el mundo de las ideas y tendrá exigencias políticas. Pero primero es siempre estar con Él. Si Él no está en esa comunidad que es la Iglesia es imposible, y no bastarán para convocarla todos los esfuerzos políticos, éticos e ideológicos. Por eso, les dice a Simón, Andrés, Santiago y Juan «venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». Estos pescadores podrán transformar el mundo, serán el poder regio de Dios, porque están con Él y llevarán su presencia a todas partes.