El presidente de los obispos de Venezuela denuncia las «deportaciones forzadas» de EE. UU.
En la apertura de la Asamblea Plenaria del episcopado, Jesús González de Zárate pidió «una sociedad donde reine la paz, la justicia y la libertad»
La Iglesia en Venezuela reivindicó una vez más los derechos de los ciudadanos del país y ha pedido paz, justicia y libertad. Ocurrió este lunes durante la apertura de la CXXIV Asamblea Ordinaria Plenaria de la Conferencia Episcopal Venezolana. En sus palabras iniciales Jesús González de Zárate, su presidente, afirmó que, la Iglesia debe «hacerse eco del deseo generalizado del pueblo venezolano a vivir en un país en que todos nos sintamos reconocidos como ciudadanos con iguales condiciones y oportunidades».
Todos los venezolanos, reivindicó, son «agentes en la construcción de nuestro destino». Y tienen que ser tratados como «miembros de una sociedad donde reine la paz, la justicia y la libertad, se reconozca la dignidad de la persona y sus derechos». La Iglesia lanza este mensaje, añadió, «impulsada por el imperativo de la caridad» hacia sus semejantes.
En la primera jornada de la Plenaria de los obispos también se presentaron el Sociografía de la religión en Venezuela, de Robert Rodríguez, director del Centro Gumilla, y un estudio sobre la salud mental de los venezolanos, por parte de Danny Socorro y Ángel Oropeza, director e investigador respectivamente de Psicodata. Según ambas investigaciones:
- 63 % de los venezolanos se denomina católico y el 22 % evangélico.
- 89 % de la población siente desconfianza.
- 37 % percibe miedo colectivo.
- 20 % sufre niveles moderados o algos de ansiedad y depresión.
En cuanto al diagnóstico de la situación del país, González de Zárate reconoció que «a veces pareciera» que la cizaña «ahoga» al trigo, dijo aludiendo a la parábola evangélica. Pero al final «la cosecha será abundante», alentó. En este contexto, la «tarea permanente a la que nos conduce la fe es discernir lo signos de los tiempos, buscando lo que el Señor nos está pidiendo en el aquí y ahora».
El 25 de mayo el país vivió unas elecciones parlamentarias y de gobernadores regionales que estuvieron marcadas por la represión del Gobierno contra dirigentes y activistas. También por la baja participación (un 42,6 %) tras la llamada de la oposición al boicot. El oficialismo se proclamó ganador con el 82,6 % de los votos y la victoria en 23 de las 24 gobernaciones.
Por otro lado, el presidente del episcopado del país aludió también al «clamor de los migrantes venezolanos y de sus seres queridos que se han quedado entre nosotros». En concreto, señaló cómo a la «falta de recursos» se suma la incertidumbre y «desconocimiento» sobre su situación «y las deportaciones forzadas».
Los inmigrantes venezolanos son uno de los grupos que más ha puesto en el punto de mira la Administración de Donald Trump. Por ejemplo, el pasado junio el Gobierno comenzó a ratificar a los venezolanos que habían entrado legalmente en el país mediante el llamado parole humanitario (junto a cubanos, haitianos y nicaragüenses suman medio millón de personas) que su permiso de permanencia temporal quedaba cancelado. A partir de ese momento, los invitaba a «autodeportarse». Por otro lado, Venezuela es uno de los siete países cuyos ciudadanos han visto restringidas la entrada en el país.