El presidente de la CEE clama contra la «inhumanidad del aborto» - Alfa y Omega

El presidente de la CEE clama contra la «inhumanidad del aborto»

«Afirmar públicamente que el aborto es objetivamente inmoral es arriesgarse a escuchar fuertes descalificaciones personales, sociales y políticas», ha denunciado Argüello, que ha pedido atender todas las circunstancias ante un embarazo

José Calderero de Aldecoa
Luis Argüello durante la Asamblea Plenaria de la CEE.
Luis Argüello durante la Asamblea Plenaria de la CEE. Foto: CEE.

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha dedicado buena parte de su discurso en la apertura de la Asamblea Plenaria a denunciar «la inhumanidad del aborto», una cuestión que «ha reaparecido en las últimas semanas de diversas maneras: pretensión de elevar a rango constitucional este supuesto derecho; la objeción de conciencia del personal sanitario; la información a las madres de todo lo que significa la intervención que provoca el aborto…».

Para el también arzobispo de Valladolid, en realidad este debate se ha reavivado, «seguramente con razón», como «instrumento de distracción y de polarización», ha dicho. Incluso ha utilizado la expresión «cortina de humo». En cualquier caso, sea por una causa o por otra, «se renuncia social y políticamente a abordar la cuestión en todo su dramatismo».

Tema tabú

Por su parte, ha lamentado que «el aborto sigue siendo hoy un tema espinoso y difícil de abordar en nuestra sociedad». De hecho, «atreverse a hablar de ello en público se ha vuelto un tabú, casi una intromisión en la vida privada». Y ha añadido: «Afirmar públicamente que el aborto es objetivamente inmoral, pues supone poner fin a la vida de una persona distinta de su madre y de su padre, es arriesgarse a escuchar fuertes descalificaciones personales, sociales y políticas».

Un momento de la Asamblea Plenaria de la CEE.
Un momento de la Asamblea Plenaria de la CEE. Foto: CEE.

Según Argüello, «ofrecer información a las mujeres gestantes es considerado un abuso y rezar ante un abortorio, una amenaza». Al respecto se ha preguntado «¿Por qué este rechazo a razonar y dejar que la ciencia —ADN, genoma, ecografía, etc.— hable, informe y permita saber la verdad?». Acto seguido, el propio arzobispo ha querido dejar claro la «inhumanidad del aborto» y «el hecho de que un feto o un embrión es un ser humano es simplemente un hecho biológico».

Matar a un hijo

A pesar de ello, «la sociedad occidental ha escondido completamente la cuestión del aborto bajo la alfombra». Es más, «la tragedia de 73 millones de abortos al año en el mundo, 100.000 en España, se ha normalizado». Para el presidente de la CEE esto supone que «hemos llegado a un punto de extrema irracionalidad en materia de bioética al servicio de la biopolítica». Como ejemplo, ha criticado que «la legislación pueda castigar con una multa de 15.000 euros y hasta dos años de cárcel si se destruye un huevo de águila, pero da todo el derecho a matar a un hijo con síndrome de Down hasta el final del embarazo».

No obstante, ha señalado que «una perspectiva católica no puede quedarse solo en la afirmación de la defensa de la vida en el seno materno y la lucha contra el aborto libremente provocado». «Ha de mirar a la madre, también al padre y a las circunstancias ambientales, sociales y económicas que rodean el embarazo, la gestación y los primeros años de vida». Y ha concluido: «Nada justifica acabar con la vida de un ser humano en gestación, pero un verdadero apoyo a la vida pide abordar todas las circunstancias concomitantes».