El Pontífice clama por la paz y pide romper «el ciclo de la violencia»
En su primera, y multitudinaria, Misa en RD del Congo, el Papa ha instado a «desmantelar las tramas del odio» y ha dejado claro que «las diferencias no son obstáculos»
En la primera Misa del Papa en la República Democrática del Congo (RDC), celebrada en el aeropuerto internacional de N’dolo, en Kinshasa, y en la que han participado cerca de dos millones de personas, Francisco ha clamado por la paz en el país —destrozado por las guerras— y ha instado a «dejar las armas», romper «el ciclo de la violencia» y «desmantelar las tramas del odio».
Asimismo, ha llamado a respetar las diferencias étnicas, regionales, sociales y religiosas de los congoleños, que «no son obstáculos», y ha subrayado «que los demás son hermanos y hermanas, miembros de la misma comunidad humana». Cada uno de ellos «es destinatario de la paz que Jesús ha traído al mundo» y los cristianos «estamos llamados a colaborar con todos».
La RD del Congo se enfrenta desde hace meses al resurgimiento del grupo armado M23, que ha conquistado amplias franjas del territorio de Kivu del Norte, provincia fronteriza con Ruanda, al que el gobierno de RDC y la ONU acusan de injerencia. De hecho, la visita del Papa se celebra dos semanas después de un ataque reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en una iglesia pentecostal en Kivu del Norte que dejó 17 muertos, según ha recordado Europa Press.
Ante este contexto, el Santo Padre ha asegurado que Jesús sufre con el que sufre, y «ve las heridas que llevas», y ha propuesto «tres manantiales para seguir alimentando» la paz, que son el perdón, la comunidad y la misión. «¡Cuánto bien nos hace limpiar nuestros corazones de la ira, de los remordimientos, de todo resentimiento y envidia! Queridos amigos y amigas, ¡que hoy sea el momento de gracia para acoger y experimentar el perdón de Jesús!», ha pedido.
El Pontífice, que ha reiterado su mensaje de paz en varios momentos de la homilía, también se ha dirigido a los miembros de la Iglesia para advertirles del riesgo de «estar juntos, pero caminar por cuenta propia, buscando en la sociedad, y también en la Iglesia, el poder, la carrera, las ambiciones».
Misa en rito zaireño
La Eucaristía ha sido celebrada en rito zaireño, propio del Congo, una adaptación del rito romano ordinario que fue aprobada por la Congregación para el Culto Divino en 1988 con el título de Misal Romano para la Diócesis de Zaire (antiguo nombre de la República Democrática del Congo). Este rito es el fruto de un largo proceso de inculturación de la liturgia entre los pontificados de Pablo VI y Juan Pablo II. El objetivo era abrir la liturgia a los valores culturales del pueblo zaireño.
La Misa ha sido celebrada en francés y lingala, una lengua bantú hablada en el noroeste del país. Tras la homilía del Papa Francisco, las oraciones de los fieles se han leído en francés y en las cuatro lenguas nacionales: tshiluba, liungala, swahili y kikongo. Al final, el cardenal Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, ha saludo al Pontífice.