El patrón de Madrid, cerca de la patrona - Alfa y Omega

El patrón de Madrid, cerca de la patrona

Madrid musealiza la capilla del santo de la catedral de la Almudena y publicará una reproducción del Códice de san Isidro

Begoña Aragoneses
La capilla de san Isidro, musealizada con motivo del año jubilar. Foto: Museo Catedral de la Almudena.

Las piezas de mayor valor sobre el patrón de Madrid que se conservan en la catedral de la Almudena son el Códice de san Isidro, en el museo, y el arca del siglo XIII en la que estuvo enterrado, en la capilla central de la girola, dedicada al santo labrador . Para conmemorar el Año Santo de san Isidro se ha editado una reproducción del primero y se ha musealizado la capilla, destacando sus piezas más importantes.

Así, se han bajado las tallas de san Isidro y santa María de la Cabeza de sus ménsulas y se han colocado, tras una importante restauración, flanqueando las puertas de la capilla. El arca, por su parte, adquiere mayor relevancia gracias al biombo de color azul que se ha instalado por detrás, ya que permite apreciar mejor las pinturas que lo decoran. Se trata de representaciones góticas de los milagros más notables del santo madrileño. El arca contuvo el cuerpo incorrupto de san Isidro hasta 1620, cuando fue trasladado a uno donado por la cofradía de plateros de Madrid con motivo de su inminente canonización.

La reproducción del códice incluye una nueva traducción. Foto: Museo Catedral de la Almudena.

De forma inédita se exponen también en esta capilla dos de los seis leones de piedra que sostuvieron el arca en su día. Unas piezas provenientes de una colección familiar que han sido cedidas a la catedral para la ocasión. La instalación se completa con la copia de El milagro del pozo (Alonso Cano, 1638), cuyo original se conserva en el Museo del Prado, y que en condiciones normales se encuentra en la sacristía capitular. La capilla ha recibido ya la visita de numerosos turistas y devotos, entre ellos, el presidente de Rumanía y su esposa, que aprovecharon un receso de la cumbre de la OTAN, la semana pasada, para acercarse a la catedral.

El entorno de la capilla también remite al año jubilar, ya que a lo largo de la girola se han instalado unos paneles informativos que recogen la vida del santo madrileño y la evolución de su devoción a lo largo de los siglos. Asimismo, se incorporan dos paneles dedicados a las hermandades que cuidan el patrimonio relacionado con el santo y velan por su devoción: la sacramental de San Isidro y la de Naturales.

Fama de santidad

Por su parte, el Instituto de Estudios Madrileños presentará a la vuelta del verano una reproducción del Códice de san Isidro que incorpora una nueva traducción realizada por Tomás Puñal. Datado en torno a 1270, el códice recoge ya la fama de santidad del labrador y algunos de los milagros que realizó en vida. La traducción de Puñal ha revelado detalles novedosos de un texto que fue escrito en latín. «Parece que había palabras —explica Cristina Tarrero, directora del Museo Catedral de la Almudena— que no se tradujeron en su exactitud». En el siglo XVI se añadieron, ya en castellano, otros milagros post mortem. El volumen se podrá adquirir en la tienda de la catedral. El museo está distribuyendo también un recortable para niños con partes del códice, que deberán ordenar mediante un juego de códigos.

El belenismo, protegido

El belenismo ha sido declarado, mediante real decreto, como manifestación representativa del patrimonio cultural inmaterial de España. De este modo queda protegido por ley, lo que supone un «hito histórico que marcará un antes y un después», en palabras de Fernando de Miguel, vicepresidente de la Asociación de Belenistas de Madrid. Fueron ellos los que iniciaron los trámites para salvaguardar este arte milenario del que hay constancia ya en el siglo II. «Que el Niño de Belén nos siga alumbrando el camino», piden.

El texto, publicado en el BOE el pasado 15 de junio, reconoce que «la acción de montar el belén es una tradición de religiosidad popular» que hoy en día «trasciende lo estrictamente religioso» para convertirse en «un hecho sociológico». El belenismo, continúa, está interiorizado en los individuos; es un «patrimonio vivo» que se ha transmitido a lo largo del tiempo y recreado «de forma intergeneracional».

La ley destaca los valores culturales que aporta esta tradición: compartir una identidad colectiva, contribuir a la transmisión de una cultura popular dando a conocer modos de vida, preservación de oficios artesanales… También recalca la importancia del asociacionismo en torno a ello «y su proyección internacional».