El párroco de Gaza: «Cuando oyes las bombas, tienes palpitaciones y te pones a llorar»
Gabriel Romanelli pide una tregua, insta a los cristianos a rezar y denuncia la muerte de al menos diez niños: «Los niños no son de ninguna facción política, son niños»
El portal Vatican News ha entrevistado al párroco de Gaza, el padre Gabriel Romanelli, a raíz del enfrentamiento entre Hamás e Israel, una escalada de violencia que está cubriendo de misiles el cielo y sembrando de muerte toda la región. «Incluso mientras te hablo puedes escuchar los booms de las explosiones», le dice el religioso del Instituto del Verbo Encarnado al periodista Michele Raviart.
Ante este panorama, «todo el mundo se queda en casa» y «la gente solo sale para las necesidades urgentes», algo «extraño que indica la gravedad de la situación». Según el sacerdote, los bombardeos que se han producido en otras ocasiones se han producido por la noche, y no por el día como ahora.
Las continuas explosiones de los dos últimos días han terminado por afectar al convento de las Hermanas del Rosario de Jerusalén. El edificio no fue directamente bombardeado, pero los ataques de la zona han provocado «daños en las paredes» y «en muchas ventanas». Gracias a Dios, nadie de la comunidad católica ha resultado herido. «Nuestros feligreses están bien y también los consagrados y consagradas», confiesa Romanelli.
Pero no todo el mundo puede decir lo mismo. «El último recuento hablaba de 32 muertos, incluidos diez niños, y los niños no son de ninguna facción política. Son niños», detalla el párroco. También «hay una mujer muerta y más de 130 heridos. Algunos están implicados en los movimientos, pero hay muchas víctimas civiles. Desgraciadamente, esta es una de las atrocidades de las guerras y de las guerras injustas como esta».
—Ha dicho que hay bombardeos incluso mientras nos habla. ¿Cómo es posible lidiar con esta rutina diaria?
—Hay que intentar mantener la cabeza fría. Lo que no se puede cambiar, hay que soportarlo con paciencia. Intentamos vivir así, también porque no podríamos hacerlo de otra manera, no solo aquí en Gaza sino en muchas partes de Oriente Medio. Eso no significa que uno esté tranquilo. Muchas veces, cuando oyes las bombas más fuertes no puedes evitar tener palpitaciones y te pones a llorar. Pero eso es normal, somos seres humanos.
Labor de los cristianos
Más allá de la resignación, la comunidad católica está tratando de «dar la luz del Evangelio para animar» a la población «a vivir en paz y serenidad». Por otro lado, animan a no quedarse «solo con las noticias de este momento», «rezar y, sobre todo, a vivir la caridad interior y la paciencia».
La fe cristiana, concluye Gabriel Romanelli, «ayuda mucho a superar todo esto, no con desánimo, sino con la esperanza de que a pesar de estos males el Señor pondrá remedio a todo. Así que las personas, en cierto sentido, viven aquí más serenamente que en otros lugares, porque ya han sido puestas muy a prueba».
De todas formas, el párroco pide que se alcance «una tregua, porque de lo contrario se alcanzará una verdadera guerra y sería un desastre».